Nació en Santiago el 7 de mayo de 1845. Se educó en la Escuela Militar e ingresó al Ejército en 1865, con el rango de subteniente del batallón 10° de línea. En 1866 pertenecía al regimiento de Cazadores a Caballo.
Su primera actuación militar fue durante la guerra contra España, cuando estuvo presente en el bombardeo de Valparaíso por parte de la Escuadra española. En las campañas de La Araucanía se distinguió por su actuación en los combates de Traiguén y de Cautín, 1868 y 1875.
Como joven militar experimentado en el Sur, Alcérreca integró las fuerzas chilenas en la Guerra del Pacífico. Estuvo presente en el bombardeo de Antofagasta por el Huáscar, participó en la Toma de Pisagua, en la Batalla de Tacna y en la Toma de Arica. Durante la Campaña de Lima luchó en las batallas de Chorrillos y Miraflores.
Entre 1881 y 1883, estuvo en las campañas al interior del Perú, donde fue designado vocal del Tribunal Militar en Lima (1881) y presidente del Tribunal Militar en Huancayo, en 1882. En esta misma fecha fue nombrado comandante en jefe del Ejército del centro del país.
Sus actuaciones en la guerra, le significaron ascender al grado de sargento mayor del Ejército (1880) y en 1884, a coronel graduado. Fue condecorado con dos medallas de oro por su servicio en la guerra.
Al servicio del Presidente
En 1886 Alcérreca fue designado edecán del Presidente de la República José Manuel Balmaceda; al año siguiente fue ascendido al grado de coronel. En enero de 1891, al estallar la Revolución, fue nombrado intendente de Santiago. Durante el ministerio de Domingo Godoy Cruz -que se caracterizó por implantar el terror y la persecución-, formó parte de la policía secreta, junto a Ramón Valdés Calderón y el general Barbosa. Las flagelaciones se hicieron comunes, como la que Alcérreca dio a José Luis Vergara Correa, quien recibió 100 azotes y luego fue abandonado en el calabozo durante 48 horas.
Muerte en La Placilla
Alcérreca estuvo al mando de la división de Valparaíso, con un contingente de 7.265 hombres. Luchó en la Batalla de Concón Bajo el 21 de agosto de 1891, donde las fuerzas balmacedistas fueron derrotadas.
El Presidente Balmaceda decidió defender Valparaíso. El 28 de agosto las tropas congresistas atacaron por el alto de La Placilla. Allí, pese a que todos los oficiales abandonaron el campo de batalla, Alcérreca permaneció en la línea de fuego hasta que tuvo que huir frente al avance enemigo.
Su caballo fue alcanzado por un disparo, pero él continuó a pie, logrando refugiarse en la casa del subdelegado del Alto del Puerto, ya herido de muerte. Pasaron pocos segundos antes de que fuera rematado por sus perseguidores.
Alcérreca es el prototipo de militar que enfrentado a las circuntancias de morir o cumplir con el deber, cualesquiera fueran las consecuencias, opta por el deber.