Los deportes de oposición y colaboración tienen por objetivo desarrollar el trabajo en equipo para la consecución de un objetivo en particular que, por lo general, es vencer a un equipo contrincante. Los deportes de esta índole son diversos y es fundamental enfrentarlos con organización y colaboración. Algunos ejemplos de este tipo de deportes son el fútbol, el handball, el basquetball, etcétera.
Llamamos deportes de oposición y colaboración a aquellas actividades deportivas cuyo principal propósito es el desarrollo de actitudes de trabajo en equipo que permitan resolver problemas relacionados con el entorno, los materiales y las personas.
En ellos, además, existe una interacción de sistemas complejos organizados, cuyo principal objetivo es ser capaces no sólo de aprender como individuos sino como equipo. Es muy importante mantener el orden ya establecido por los participantes, para lograr ganar.
En este tipo de deportes colectivos, es importante resolver los problemas en forma grupal. Y así vencer en forma conjunta los distintos obstáculos que se presentan, recibiendo la oposición de otro equipo.
Todas las disciplinas deportivas que cumplen con estas características, también contemplan otros componentes específicos a cada deporte. Estos componentes son el objetivo, los materiales u objetos, y el espacio de juego. También una organización inicial que puede mutar o no durante el desarrollo del encuentro; además de reglas y variantes.
Cada uno de los equipos trata de alcanzar la mayor cantidad de veces el objeto (pelota, disco, dardo, etc.) o la meta. Defienden su espacio o arco.
Ejemplo de deportes de oposición y colaboración:
– Fútbol: En esta disciplina, los equipos se conforman de 11 jugadores que entran al campo de juego. El resto espera su oportunidad en la banca. El objetivo de este deporte es batir el arco del equipo contrario y no permitir que el adversario haga lo mismo con la portería propia. El objeto que se utiliza es una pelota, la cual se traslada en la cancha entre compañeros de equipo con el fin de acercarse al arco rival y meter un gol.