El transatlántico británico de lujo Titanic de la White Star Line, en su viaje inaugural desde Liverpool hasta la ciudad de Nueva York, chocó contra un iceberg a 153 km hacia el sur del Grand Banks de Newfoundland poco antes de la media noche del 14 de abril de 1912. De las más de 2.220 personas que viajaban a bordo, murieron 1.503 según fuentes oficiales británicas..
El barco había sido considerado insumergible a causa de sus 16 compartimentos estanco, pero el iceberg perforó cinco de ellos, uno más de los que se habían estimado posibles en caso de accidente, por lo que el Titanic se hundió en menos de tres horas.
Posteriores investigaciones determinaron que el barco había estado navegando demasiado rápido en aguas peligrosas, que sólo se habían previsto botes salvavidas para la mitad de los pasajeros y la tripulación y, que el barco Californian, cercano al lugar del hundimiento, no había acudido al rescate porque su operador de radio estaba dormido. Estos hechos motivaron muchas reformas, tales como la provisión de espacio de los botes salvavidas para cada persona que viajara en un barco y de chalecos salvavidas, los turnos de guardia de radio durante todo el día mientras se navega y una vigilancia internacional del desplazamiento de los hielos polares.
Los restos del Titanic
Durante 73 años no fue posible determinar exactamente donde se había ido a pique el Titanic, y menos precisar la posición exacta de sus restos. Había sólo vagas nociones de que el accidente podía haber ocurrido a 380 Km. de Terranova. La primer expedición partió en 1963, pero fracasó debido a la falta de fondos. A cerca de 4000 metros de profundidad sólo es posible trabajar usando submarinos especiales, lo que hacía de la investigación una empresa demasiado cara.
En 1980 el oceanógrafo Dr. Robert Ballard persuadió a la Armada estadounidense de desarrollar un sistema de investigación submarina conjuntamente con su instituto. Cinco años después estaban listos. En la noche del 1 de septiembre de 1985, la pantalla de un submarino no tripulado mostró las primeras imágenes del naufragado Titanic. Usando el trineo sonar Argo, que fue remolcado a través del océano por cable, se tomaron cerca de 20.000 fotografías durante cuatro días: pálidas imágenes de calderas, planchas de acero, vajilla y zapatos.
Las fotografías, que fueron impresas en todo el mundo como la primera documentación sobre el Titanic, confirmaron la teoría de que el inmenso cuerpo del buque se había partido en dos. Mientras que la proa estaba relativamente bien preservada, la popa parecía haber sido seriamente dañada cuando se estrelló contra el fondo del océano. Los escombros estaban esparcidos en los 600 metros que separan proa de popa.
Por miedo al pillaje, el equipo de la expedición mantuvo en un principio en secreto la posición exacta del barco naufragado. Un año después Ballard y dos colegas exploraron los restos del gigante sumergido en submarinos especiales para grandes profundidades. En las oscuras profundidades el pequeño vehículo sumergible navegó alrededor del inmenso buque encallado.
El equipo realizó un total de once expediciones a lo profundo del mar, de cuatro horas cada una. Esta famosa expedición fue seguida pronto por otras de otros investigadores cuyos objetivos no eran sólo examinar el naufragio: muchos objetos preciosos pertenecientes a los pasajeros del Titanic fueron recuperados de esta forma.
En la actualidad, cualquiera puede sumergirse hasta el Titanic, si es que estás dispuesto a pagar una gran cantidad de dinero por tener el privilegio de hacerlo.