La Tierra está en continuo movimiento, a través de los movimientos de rotación y traslación. Se desplaza, con el resto de planetas y cuerpos del Sistema Solar, girando alrededor del centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea. Aunque estos sean movimientos imperceptibles para nosotros, tienen consecuencias tremendamente importantes.
El movimiento de rotación
Es un movimiento que efectúa la Tierra girando sobre sí misma a lo largo de un eje imaginario llamado Eje terrestre, el cual pasa por sus polos. Una vuelta completa, tomando como referencia a las estrellas, dura 23 horas con 56 minutos y 4 segundos y se denomina día sidéreo.
Si tomamos como referencia al Sol, el mismo meridiano pasa frente a nuestra estrella cada 24 horas, llamado día solar. Los 3 minutos y 56 segundos de diferencia se deben a que en ese plazo de tiempo la Tierra ha avanzado en su órbita y debe de girar algo más que un día sideral para completar un día solar.
El movimiento es en dirección Oeste-Este, en sentido contrario al de las agujas del reloj, produciendo la impresión de que es el cielo el que gira alrededor de nosotros.
Consecuencias del movimiento de rotación
– El día y la noche: producto del movimiento en la mitad del globo que mira el Sol es día, mientras la otra mitad está de noche. En la medida que se mueve, va avanzando el día o la noche según corresponda.
Esto determina el ritmo de muchos fenómenos a los que responden las plantas, los animales y también los seres humanos, como por ejemplo, los períodos de descanso, trabajo o ejercicio y alimentación.
– El achatamiento de los polos: como ya habíamos comentando, al girar sobre su propio eje, la Tierra genera una fuerza centrífuga que achata los polos y ensancha el centro o Ecuador.
– La desviación de los vientos y las corrientes marinas: la fuerza centrífuga también provoca que los vientos y las corrientes marinas se muevan en sentido contrario en cada uno de los hemisferios. Este fenómeno se conoce como Efecto Coriolis.
– Los vientos y las corrientes se mueven en diferentes direcciones según el hemisferio: en el Hemisferio Norte, se mueven en dirección contraria a las agujas de un reloj, a la derecha, mientras que en el Hemisferio Sur, lo hacen en el sentido de estas agujas, hacia la izquierda.
– Las diferencias horarias: debido a la rotación y a que la superficie de la Tierra no es plana, el planeta se expone por partes a la luz Solar y además con distinta intensidad, mientras una mitad está de día, la otra está de noche. Por esto, al mismo tiempo hay diferentes horarios en los distintos lugares del mundo.
– Los puntos cardinales: gracias a la rotación, podemos ubicarnos mediante los puntos cardinales. Te has fijado que siempre dicen el Sol sale por el este u oriente y se pone en dirección oeste u occidente (west).
Aunque no es el Sol el que se mueve sino la Tierra que gira, este efecto visual nos permite orientarnos en todo el planeta. Lo mismo sucede durante la noche con la Luna, que también nos da la orientación este-oeste.
Movimiento de traslación
Es el movimiento en el cual la Tierra se mueve alrededor del Sol. La causa de este movimiento es la acción de la gravedad, originándose cambios que, afectan nuestra cotidianidad.
La vuelta completa alrededor del Sol dura 365 días, 5 horas y 47 minutos. Es decir, un año. La forma del movimiento que describe es una trayectoria elíptica de 930 millones de kilómetros, a una distancia media del Sol de prácticamente 150 millones de kilómetros.
De esto se deduce que la Tierra se desplaza con una rapidez media de 106.200 km. /hora (29,5 km. /segundo).
La trayectoria u órbita terrestre es elíptica. Debido a la forma de la órbita, la distancia entre el Sol y la Tierra varía a lo largo del año. A primeros días de enero se alcanza la máxima proximidad al Sol, produciéndose el perihelio, donde la distancia es de 147,5 millones de km.
Mientras que en los primeros días de julio se alcanza la máxima lejanía, denominado afelio, donde la distancia es de 152,6 millones de km.
Consecuencias del movimiento de traslación
El eje de la Tierra no es perpendicular al plano de la eclíptica, sino que está inclinado y forma con el plano de la eclíptica un ángulo de 66º 33′. Las latitudes 66º 33′ Norte y 66º 33′ Sur corresponden respectivamente con los círculos polares ártico y antártico.
Este hecho implica que en su movimiento de translación la Tierra se expone de manera distinta a la los rayos solares según su posición. Parece como si la Tierra se inclinase hacia el Sol alternativamente.
La inclinación del eje de rotación terrestre da lugar a la sucesión de las estaciones. Los cambios estacionales son más acusados en las latitudes medias y siempre son contrarios para cada uno de los hemisferios de la Tierra.
Así, por ejemplo, cuando en Alemania es invierno, en Chile es verano, y viceversa. En verano, los rayos llegan muy perpendiculares a la superficie, por lo que calientan más. En invierno llegan más inclinados y calientan menos.
Durante su viaje alrededor del Sol la Tierra describe una elipse llamada órbita. El cambio de las estaciones a lo largo del año se produce al darse la particularidad de que el eje de rotación de la Tierra se encuentra inclinado respecto del plano de la órbita.
Solsticios
Nuestro planeta pasa por cuatro momentos importantes durante su movimiento de traslación, el Solsticio de Verano, el 21 ó 22 de junio, cuando el Hemisferio Norte se inclina hacia el Sol.
En este momento, los días son más largos que las noches y los rayos del Sol inciden de forma más perpendicular, al situarse el Sol en la vertical del Trópico de Cáncer, iniciándose en este hemisferio la estación más calurosa, el verano. Sin embargo en el Hemisferio Sur se produce la situación contraria, iniciándose entonces el invierno.
En el Equinoccio de Otoño, 22 ó 23 de septiembre, los días y las noches tienen igual duración en todo el planeta. Al situarse el Sol en la vertical del Ecuador, comienza el otoño en el Hemisferio Norte y la primavera en el Hemisferio Sur.
Otra consecuencia del movimiento de traslación y de la inclinación del eje terrestre son las zonas térmicas o zonas climáticas. La cantidad e intensidad de radiación solar que llegan a la superficie terrestre varían con la latitud y las estaciones del año.
Por lo tanto, la Tierra queda dividida en dos zonas polares, que van desde los círculos polares hasta los polos, dos zonas templadas, que van desde los círculos polares hasta los trópicos y una zona cálida que esta entre los trópicos.