La actual bandera chilena fue levantada por primera vez en la proclamación de la independencia, el 12 de febrero de 1818. Esta bandera fue diseñada por el español Antonio Arcos durante el gobierno de Bernardo O`Higgins.
El color rojo representa la sangre que se vertió durante la Independencia; el azul, el color del cielo; y el blanco, las puntas nevadas de la Cordillera de Los Andes. La estrella simboliza los poderes del Estado.
Antes de la bandera que se usa actualmente existieron otras dos. La primera de ellas surgió durante el gobierno de José Miguel Carrera en la Patria Vieja, esta era conformada por tres franjas horizontales con los colores azul, blanco y amarillo. La segunda bandera se instauró después de la Batalla de Chacabuco. Tenía la misma estructura que la de la Patria Vieja, sólo que cambio el amarillo por rojo.
Este emblema patrio, que vio caer a sus 77 jóvenes defensores, flameó hasta el final del Combate de La Concepción y quedó como testigo del valor de esos soldados.
La Bandera no sólo sobrevivió al Combate, sino que permaneció izada incluso hasta la retirada de los peruanos, quienes apresuraron su retirada cuando se percataron de la llegada de los refuerzos. El emblema fue guardado por el Coronel Estanislao del Canto. Desde 1982, la Bandera chilena permanece custodiada y en exhibición en la Escuela Militar. La bandera mide apenas 55 por 38 centímetros y está hecha de tres géneros de distinta factura, cada uno de color, los que están cosidos a puntadas minuciosas. Tiene una estrella blanca trazada sin mucha simetría, con mostacillas brillantes en cada una de sus puntas.