Ubicada a 56 km de Rancagua, en la Región del Libertador Bernardo O’Higgins de Chile y enclavada a 2.100 metros sobre el nivel del mar, en plena cordillera de Los Andes, El Teniente es la mina subterránea de cobre más grande del mundo. Cuenta con 2.400 km de túneles, de los cuales se trabaja en mil.
Es una verdadera ciudad bajo tierra. En su interior, hay casinos para servicios de alimentación, oficinas, centrales computarizadas para faenas de extracción, enfermerías, grandes ascensores, bodegas, redes de luz eléctrica, agua potable, y talleres de reparación y mantención de maquinarias entre otras instalaciones.
En sus inicios, el yacimiento El Teniente era explotado artesanalmente por los indígenas de la zona. En 1786, la mina pertenecía a la Compañía de Jesús, pero cuando estos fueron expulsados de Chile los terrenos los compró Mateo de Toro y Zambrano y sólo en 1819 se iniciaron las labores mineras regulares.
Posteriormente pasó a cargo de una empresa norteamericana que inició su explotación en forma industrial en el año 1905. En ese tiempo se construyó la ciudad de Sewell enclavada en la cordillera, hoy reconocido como Patrimonio Cultural de la Humanidad.
El Teniente pasó a ser una empresa de Estado de Chile, como consecuencia de la nacionalización del cobre en 1971.
Historia
La mina ha sido trabajada desde el período prehispánico, por los indígenas de la región. Luego, en el período de la Conquista, fue explotada por los españoles, quienes enviaban cobre al Virreinato del Perú, principalmente para la fabricación de cañones y utensilios domésticos (calderos, jarros, campanas y ollas).
En 1822, la aristócrata Nicolasa de Toro y Dumont, nieta de Mateo de Toro Zambrano y en ese entonces la heredera más rica del país, aportó a los bienes comunes del matrimonio que adquirió con don Juan de Dios Correa de Saa y Martínez, el yacimiento «La Conquista», ubicado en la Hacienda La Compañía, lo que hoy abarca desde Graneros al límite con Argentina.
Correa asumió el dominio de la mina, y fue en ese período donde adquirió su nombre actual, debido a que su propietario fue teniente del ejército patriota y estuvo bajo las órdenes de Bernardo O’Higgins en la Batalla de Maipú.
En 1897 la mina El Teniente es comprada por Enrique Concha y Toro, quién vendería la mina, a través del ingeniero de minas Marcos Schiapponi, al norteamericano William Braden en 1903. Así se iniciaría la industrialización del complejo minero.
Explotación estadounidense
En 1904 William Braden adquirió los derechos del mineral, fundando la compañía Rancagua Mines con sede en Portland, Maine, Estados Unidos. Braden se asoció con Barton Sewell para dirigir la mina de cobre El Teniente, sin embargo, Sewell nunca puso un pie en Chile, limitándose a participar del negocio como alto ejecutivo de la empresa.
En 1905 la compañía cambió su nombre a Braden Copper Company (Compañía Cuprífera Braden), con oficinas centrales en Nueva York, la que fue autorizada para operar en Chile el 29 de abril de 1905 por decreto del Presidente -de origen rancagüino- Germán Riesco.
El mineral comenzó a operar con una planta de concentración gravitacional con una capacidad de 250 toneladas por día, que aumentó a 3.000 toneladas por día en 1908.
Tras la muerte de Barton Sewell, y aprovechando el creciente desinterés de William Braden, entonces embarcado en la apertura de nuevos yacimientos de cobre en el norte de Chile, los hermanos Guggenheim terminarán por tomar el control de la compañía de cobre Braden, en 1909. Más tarde, en 1916, el 95% de las acciones de Braden Copper Co. pasaron a manos de Kennecott Corporation, convirtiéndose en filial de esta última.
Una gran tragedia
En 1945 ocurre una de las mayores tragedias mineras de la historia; 355 trabajadores de El Teniente fallecen tras asfixiarse con monóxido de carbono, el 19 de junio de ese año, en el suceso recordado como la Tragedia del humo. Hasta el día de hoy este suceso es utilizado como ejemplo en exposiciones de seguridad a los mineros del yacimiento.
La Kennecott Corporation fue históricamente sindicada -junto a la Anaconda Copper Company (Chuquicamata, Potrerillos y El Salvador)- como la «Gran minería del cobre», debido a al gran volumen y escala de sus operaciones de extracción y tratamiento.
Sólo en 1955 esa denominación fue reglamentada por la Ley N° 11.828, para prodcucción de 25.000 toneladas métricas anuales de cobre blister, lo que más tarde (en 1965) aumentó a 75.000 toneladas métricas.
Nacionalización
El Estado de Chile, a través de la Corporación del Cobre, adquirió en 1967 el 51% de las acciones de la Braden Copper Co., en el marco de la «Chilenización del cobre» iniciada por el gobierno de Eduardo Frei Montalva. Al mismo tiempo, el mineral pasa a manos de la Sociedad Minera El Teniente S.A.
El proceso concluyó en 1971, con la «Nacionalización del cobre», en el gobierno de Salvador Allende, donde el Estado expropia la totalidad de las acciones de la Sociedad Minera.
El mismo año se inició la «Operación Valle», para el traslado de los habitantes del campameto Sewell a Rancagua, ya que el Estado no podía asumir los gastos del poblado cordillerano. En 1976, el mineral pasa a manos de la Corporación Nacional del Cobre de Chile (CODELCO).
El Teniente pasó a ser una empresa de Estado de Chile, como consecuencia de la nacionalización del cobre en 1971.
Por la década de 1980 se empezó hacer evidente un agotamiento del mineral secundario y se dio comienzo a la explotación del mineral primario, roca más dura y de menor ley que el mineral secundario.
Esto ha significado la incorporación de nuevos equipos mecánicos, eléctricos, electro-hidráulicos, lo que ha provocado un aumento del consumo de energía eléctrica y por consiguiente una elevación del costo de producción.
Producción
Según Codelco, la mina produce 418.330 toneladas métricas de cobre fino al año, las que se procesan en el mismo complejo minero y luego se envían a la fundición Caletones, donde se produce el producto final de lingotes refinados a fuego (RAF) y ánodos de cobre.
Además, como subproductos se obtiene molibdeno, ácido sulfúrico, plata y oro.
