Conversamos con un grupo representativo de mamás, con el fin de que nos ayudaran a saber qué significado y valor les dan a las diversas maneras en que sus hijos les celebran su día. Te invitamos a conocer sus respuestas…
Les preguntamos: ¿Qué regalos demuestran mayor despreocupación por parte de los hijos?
De 7 opciones que les dimos, las madres debían ordenar de mayor a menor el regalo que les parecía más atractivo. Sin darle mucha vuelta, los resultados fueron evidentes:
A las madres les carga que les regalen artículos para la casa, y peor si son para la cocina: ollas, jugueras, set de cucharas de palos y espumaderas: lo consideran un atentado. Si el domingo pensabas obsequiarle un lindo hervidor eléctrico con capacidad para 2 litros de agua, te advertimos que cometerás un error: tu madre pensará que para ti, su día es = al día de la casa.
Otros de los más odiados presentes, son las típicas tarjetas Village con el «dedicado especial» que leerán otras millones de madres en el mundo, y donde tu único aporte fue un «te quiero mamá, tu hijo«. Bueno, te contamos, que según nuestros resultados, ¡las odian!, ya que para ellas, una tarjeta comercial significa que prefieres optar por una simple y práctica solución, en vez de dedicarle un tiempo para hacer con tus manos un saludo o al menos, escribirle algo de tu autoría.
Le siguen los dibujos sin pintar, los chocolates en promoción, los peluches, los pack de belleza marca «farmacia de paso», las cremas para el cuerpo y finalmente las flores.
Para las madres, los chocolates son una buena opción para los hijos, porque al final de cuentas «son ellos quienes se los comen».
Para la mayoría de las madres, los comestibles en general demuestran que los hijos «se levantaron muy temprano, corrieron al supermercado y buscaron algo para salvar».
Las cremas y artículos de aseo son el típico y tradicional comodín: «como no sé qué regalarle, le compro un ungüento para la piel». Si tiene olores exóticos mejor… al menos eso creen los hijos.
De los peluches y las flores, ni hablar.
La edad y los regalos
Les preguntamos: Hasta qué edad es lícito recibir de tus hijos ciertos regalos…
En general, las madres fueron muy benevolentes al momento de contestar, ya que analizaron y tomaron en cuenta varios factores que determinan un buen regalo, dependiendo de la edad que tenga su descendiente: como las capacidades motrices e imaginativas que han podido desarrollar hasta ese minuto, los recursos con los que cuentan, la invención, las ganas y, por supuesto, el cariño. Sin embargo, el consenso para establecer las edades estuvo bien restringido y claro: revisemos los respuestas.
Los collares de fideos, son válidos de recibir hasta los 4 años: si son más coloridos o hechos con canutones o circulitos para la sopa, no marcan una diferencia notable.
Le siguen los portarretratos manufacturados con cáñamo, conchitas, pintados con témpera o decorados con stickers. La actualidad de la foto (que es obviamente del autor regalón) le da un valor agregado, sin embargo, es apto regalarlo solo hasta los 7 años.
Con un año más, se permiten los dibujos y las flores cortadas incluso del jardín. Pero si tu madre descubre que es un ramo de selección de la casa del vecino, serás reprochado por tu acto vandálico y fuera de la ley.
Los clásicos lapiceros de palitos de helados y los pergaminos con las orillas quemadas y una poesía de Gabriela Mistral, es algo que las madres saben que en un momento de su vida recibirán… pero ojalá no supere los 12 años del menor.
El regalo perfecto
La cosa se pone difícil. En vista de estos constructivas comentarios, hechos con amor y tacto por las madres entrevistadas (ya que sabían que las leerían sus hijos), nos sugirieron algunas ideas de «El regalo perfecto».
1. «Que se acuerden de abrazar y dar besos a su mamá todos los días del año».
2. «Un rico desayuno y que se porten bien durante todo el día».
3. «Un beso siempre. Pero si quieren regalar un objeto, uno que simplemente refleje mis gustos».
4. «Que nos dediquen tiempo: estén presentes para compartir durante el día y no se desaparezcan después del abrazo matutino para jugar fútbol, por ejemplo».