A finales de los ’60 aparece el rock sureño, porque se originó al sur de Estados Unidos, con influencias del country, con bandas como Alma Brothers Band y los Creedence Clearwater Revival.
El jazz rock fue otra derivación, originada en la mezcla del rock, soul de Menphis y rock sinfónico. Los dos grupos más representativos fueron Blood, Sweat & Tears y Chicago. Otra vertiente fue la salsa rock, cuya principal figura fue Carlos Santana, el que le agregó a la salsa que interpretaban Johnny Pacheco o Celia Cruz, elementos rockeros, percusión africana y melodías latinas.
El heavy rock potenció la parte más salvaje del rock en los años ’70. El grupo Led Zeppelin, con el sonido distorsionado de sus guitarras, las voces agudas y raspadas al extremo, que parecían perforar los tímpanos, fue el líder de este movimiento, seguido por Black Sabbath y Deep Purple.
Otro movimiento a quien el rock prestó su nombre fue el glam rock, cuyas características destacadas eran más estéticas que musicales, con un vestuario sofisticado, pero decadente y un maquillaje llamativo. Su principal cultor fue David Bowie.
Pero fuera de esos estilos nacieron figuras únicas, como Jim Morrison, al frente de The Doors, rockero rebelde y enfrentado con su entorno, y Frank Zappa, con sus canciones que eran demoledoras críticas contra la sociedad en la que había nacido.