Cuando se desarrollaba la Primera Guerra Mundial (1914-1918), un grupo de intelectuales suizos, unidos por su rechazo hacia los valores de la burguesía y, sobre todo, al militarismo, eligió el vocablo dadá, sin ningún significado, para identificar de alguna manera sus protestas y el arte con el que desafiaban los criterios estéticos reinantes. El pintor francés Marcel Duchamp fue el más conocido de los dadaístas, quien le pintó bigote y barba a una reproducción de la Mona Lisa, de Leonardo da Vinci.
El dadaísmo fue un fenómeno internacional y multidisciplinario, más cercano a un estado de ánimo o a un modo de vida que a un movimiento artístico
Como movimiento, el dadá decayó en la década de 1920 y algunos de sus miembros se convirtieron en figuras destacadas de otros movimientos artísticos modernos, especialmente del surrealismo.