Los artistas conceptuales, que adquirieron importancia en la década del 60, transmitían al público su idea de cuadro únicamente por escrito. La obra de arte prácticamente no se realizaba. Un ejemplo es el pintor Robert Rauschenberg (también representante del Pop art, como veíamos), quien cumplió un importante encargo de un retrato con la siguiente frase: Esto es un retrato si lo afirmo yo.
La obra y los preceptos de Marcel Duchamp constituyeron una importante influencia, convirténdolo en el precursor del artista conceptual.
Las ideas del arte conceptual continúan vigentes en gran parte del arte contemporáneo; muchos artistas cuya obra resulta de difícil catalogación han sido denominados artistas conceptuales, como es el caso de Susan Hiller (1942), Peter Kennard (1949), Juan Muñoz (1953-2001), Gabriel Orozco (1962) y Simon Petterson (1967).