El hiperrealismo o fotorrealismo, desarrollado entre 1965 y 1975, se basaba en la fotografía para crear distintos tipos de pinturas realistas impersonales, con detalles precisos, como en los minuciosos paisajes urbanos (de la ciudad) de Richard Estes.
Los desnudos sumamente estructurados de Philip Pearlstein y las composiciones planas de Alex Katz y Wayne Thiebaud, daban también al realismo un tono frío y abstracto. En América Latina brillaban pintores como Osvaldo Guayasamín, que acude a la deformación de las figuras para expresar, generalmente, un contenido político.