Los trabajos de los pintores que buscaban expresar sentimientos por medio de la deformación de la línea y del color, y que intentaban crear un ser humano nuevo con un arte subjetivo cargado de emociones, se fundió en un movimiento conocido como expresionismo.
En Alemania, esta tendencia se dividió en dos grupos. El primero fue conformado por artistas jóvenes, activos entre 1905 y 1913 y que se llamó Die brücke (El puente). Estaba inspirado, como el fauvismo, en el arte africano; pero además de representar los sufrimientos de la humanidad, debido al lado oscuro de la modernización (como el aislamiento y la masificación), le agregaron la angustia.
Más tarde, en 1911, Franz Marc y el artista nacido en Rusia, Vasily Kandinsky, iniciaron la otra fase del expresionismo alemán, a través del grupo Der blaue reiter (El jinete azul). Se inspiraron en el llamado arte primitivo, en el fauvismo y en el arte popular, y su pintura alcanzó una etapa semi-abstracta, especialmente en el caso de Kandinsky, ya que en realidad se le considera propiamente un pintor abstracto. Otros de sus representantes fueron Paul Klee y August Macke.