Entre 1907 y 1914, los pintores Pablo Picasso, español, y Georges Braque, francés, dieron comienzo a la corriente denominada cubismo, que se caracteriza por romper con las formas tradicionales de la pintura. De hecho, fueron los primeros que cambiaron radicalmente la percepción del arte en 500 años, ejerciendo la mayor influencia artística, a través de este movimiento, en todo el siglo XX, al replantear la relación entre la forma y el espacio.
El cubismo pone de relieve la bidimensionalidad (dos dimensiones) del plano pictórico, rechazando los valores tradicionales de la perspectiva, escorzo (figuras en posturas oblicuas al plano de la obra artística), modelado y claroscuro (contraste de luces y sombras).