El ejército de los Estados Unidos, que después de la guerra empleó V-2 capturados para vuelos experimentales a la alta atmósfera, usó un camino más efectivo al reemplazar la carga por otro cohete, en este caso uno llamado WAC Corporal. Ahora, el apagado V-2, que pesaba 3 toneladas, se podía dejar caer y, usando el cohete pequeño, alcanzar una mayor altitud.
Actualmente la mayoría de los cohetes espaciales usan varias etapas, que dejan caer las etapas apagadas y continúan con impulsores más pequeños y ligeros.
El Explorer 1, el primer satélite artificial de los Estados Unidos -lanzado en enero de 1958- usaba un cohete de cuatro etapas. La lanzadera espacial utiliza dos impulsores de combustible sólido, que se dejan caer cuando se han apagado.