Ecosistemas terrestres
Son aquellas zonas o regiones donde los organismos (animales, plantas, etc.) viven y se desarrollan en el suelo y en el aire que circunda un determinado espacio terrestre. En estos lugares se supone que los seres vivos que habitan el ecosistema encuentran todo lo que necesitan para poder subsistir.
Dependiendo de los factores abióticos de cada ecosistema, existen distintos tipos de hábitat terrestres: desiertos, praderas y bosques.
Los ecosistemas terrestres forman parte de otros ecosistemas más grandes, llamados biomas o regiones ecológicas. Estas zonas están delimitadas por latitud, clima, temperatura y el nivel de precipitaciones. En los próximos números se tratarán en profundidad las regiones ecológicas.
Ecosistemas acuáticos
Están formados por plantas y animales que viven en el agua. Estos ecosistemas, se diferencia en relación a la región geográfica donde existen (antártica, subantártica, tropical y subtropical) y respecto de su cercanía con la tierra (ecosistemas costeros, oceánicos y estuarinos).
Los ecosistemas acuáticos (al igual que los terrestres) pueden variar ampliamente de tamaño yendo desde un océano hasta un charco de agua. Asimismo, existen ecosistemas acuáticos de agua salada y dulce.
Los organismos bentónicos (que en su conjunto se denominan bentos) habitan el fondo del mar, ya sea desplazándose por este, adheridos al sustrato o inmersos en la arena o lodo marino. Por ejemplo las algas, esponjas y estrellas de mar.
Los organismos pelágicos viven libremente en el agua y se dividen, a su vez, en dos grupos: el plancton y el necton. Se llama plancton a los diminutos seres que no tienen órganos natatorios activos y se desplazan a la deriva en las aguas superficiales. Al plancton vegetal se le conoce como fitoplancton y al animal, como zooplancton.
Necton son los organismos capaces de nadar y desplazarse libremente por el agua (peces, mamíferos acuáticos, etc.).
En el ecosistema de agua dulce (ríos, lagos, lagunas, etc.) se establecen relaciones similares a las marinas, ya que existe plancton y necton.
En el caso de los ríos, se sabe que se producen diferencias a lo largo de su curso (alto, medio y bajo), ya que cada tramo presenta caudales, temperaturas y profundidades distintas. Sin embargo, también se ha determinado la existencia de dos comunidades superpuestas, las del fondo y la de las aguas libres. Aunque estas pueden cambiar a lo largo del curso del río.
Variedad de ecosistemas
Los ecosistemas terrestres, como el acuático presentan una serie de paisajes que poseen características propias.
Algunas de ellas son:
– Desierto: es una región cuyas principales características son la escasez de precipitaciones y las altas temperaturas. Sin embargo, a pesar de estas condiciones extremas, viven en los desiertos, numerosas plantas y animales.
Así, las plantas poseen largas raíces (ayudan a retener el agua) y además pierden poca agua (transpiración), debido a que transforman sus hojas en espinas y realizan la fotosíntesis a través de los tallos.
En caso de los animales, tenemos algunas aves que pueden volar a distancia en busca de agua y algunos animales terrestres que han adaptado su fisonomía para aprovechar al máximo las escasas disponibilidades de agua.
– Humedal: es una zona de tierras planas que posee aguas subterráneas de poca profundidad y que ascienden a la superficie en períodos determinados, formando lagunas y pantanos, hasta donde llegan a vivir cientos de especies. Existen cinco clases de humedales: marinos, estuarinos, lacustres, ribereños y palustres.
– Manglar: es una agrupación de árboles semisumergidos que han sido inundados con agua, con altos niveles de salinidad y por ello se desarrollan y sobreviven en terrenos costeros. Los árboles crecen sobre largas raíces, que a modo de zancos elevan los troncos por encima del nivel de las aguas. Para reproducirse, apuran conservan las semillas en las ramas hasta que están a punto de desarrollarse. Cuando baja la marea caen siendo capaces, en pocas horas, de enraizar y comenzar a crecer antes de quedar de nuevo bajo el agua.
– Arrecife de coral: es uno de los ecosistemas acuáticos más ricos del planeta, producto de la gran cantidad de especies que habitan en ellos (peces, caracoles, corales y algas). La estructura arrecifal está constituida por grandes colonias de corales, acumulaciones de sedimentos y arenas calcáreas. Se encuentran principalmente en las regiones tropicales y existen dos tipos de coral: el duro y el suave.