En este artículo te queremos hablar de un tema muy importante para tu desarrollo como persona: aceptar la diversidad. Y hay que empezar por entender que en este mundo todos somos diferentes. A algunos les gusta el rock, a otros el floclor; algunos gozan con el baile, otros no se moverían aunque se lo pidiera el Presidente; algunos son negros, otros blancos; algunos tienen discapacidades y otros no.
En este sentido, es súper necesario que entendamos que ser diferente no es un falla, ya que en muchos casos puede llegar a ser una virtud.
La discapacidad
Hablar de la discapacidad no es algo fácil, ya que quienes tienen alguna, les cuesta vivir con ella. Pero, ¿por qué? Sin duda, porque quienes no las tienen no se han preocupado de entregarles herramientas que los hagan sentir cómodos en este mundo y verdaderas personas.
En Chile hay muchos niños y adultos que sufren discapacidad, ya sea motora o mental. Ellos, tienen muy pocos espacios para sentirse bien; por ejemplo, no pueden ir a un colegio normal, pues son discriminados. Y el solo hecho de mandarlos a estudiar a un colegio especial, los hace sentir diferentes.
Para la profesora y directora del colegio Huelquén Montessori, Elisabet Ferranty, este es un verdadero problema. «Las escuelas especiales están creadas con una muy buena intención, ya que busca darle a sus alumnos una educación especial para sus necesidades especiales. Pero, ¿por qué nos cuestionamos integrar a estos niños a los colegios tradicionales? La respuesta es porque este sistema es tremendamente selectivo, y estas instituciones en Chile están muy enfocadas a entregar resultados. Y obviamente tener un niño con síndrome de Down bajaría estos niveles, ya que se les debe enseña distinto».
Elisabet es muy clara en explicar que todos somos distintos, porque tenemos distintas necesidades. «Con mis alumnos Down yo solo tengo que encontrar nuevas formas para enseñarle, respectos de sus necesidades. Es un desafío para mí. Ellos son más lentos para aprender, sin embargo pueden hacerlo», enfatiza.
La integración
Para quienes tienen alguna deficiencia, lo más importante es poder estar con personas que los traten como gente «normal». Es decir, que si dos niños, uno con Down y otro no, están en un mismo curso, se rían, jueguen y peleen como cualquiera. Sin embargo, si nosotros los apartamos y los tratamos como personas diferentes, nunca podrían integrarse realmente.
Por eso, si tú tienes algún vecino, compañero o pariente que tiene alguna discapacidad, trátalo en forma normal y acéptalo.
Recuerda que todos somos diferentes y que la diversidad siempre es positiva.