Según el Fondo de Naciones Unidas para la Población, las actuales tendencias demográficas se pueden catalogar como muy divergentes, y se resumen básicamente en los siguientes aspectos:
- Alta fecundidad: la población está aumentando más fuertemente en los países más pobres; es decir, en aquellas zonas que están menos preparadas para satisfacer las necesidades básicas y crear oportunidades.
Los países más afectados estarían concentrados en África y el Asia meridional, pero también existen en cada una de las regiones en desarrollo.
Las regiones donde es más acelerado el crecimiento demográfico son las de África al sur del Sahara y partes del Asia meridional y occidental. - Baja fecundidad: 61 países están presentando tasas de fecundidad iguales o inferiores al nivel de reemplazo de la población, por lo que sus habitantes podrían disminuir en el largo plazo. La opción más evidente sería que los países de baja fecundidad aumentaran el número de hijos por familia, pero por lo general es más difícil que las tasas de natalidad comiencen a aumentar cuando ya existía una disminución prolongada. A pesar de todo, siempre hay excepciones. Una de ellas es Suecia, y el fenómeno experimentado al término de la Segunda Guerra Mundial, que fomentó el crecimiento demográfico.
- Aumento de las tasas de defunción y disminución de la duración de la vida: en los países más afectados por el SIDA, las tasas de mortalidad están aumentando y la esperanza de vida está disminuyendo con una velocidad que bien puede cancelar los adelantos logrados en los últimos veinte años.
- Fomento del Estado a una política pronatalista, a través de subsidios para facilitar el mantenimiento de la familia.