Antes de Mahoma las tribus árabes habían tenido una gran variedad de cultos, entre los cuales los más extendidos eran los del Sol y de los principales astros; y como tomaron de los pueblos con los cuales comerciaban muchas de sus divinidades, su Panteón (templo dedicado a todos los dioses) estaba tan poblado como el Olimpo (morada a los dioses) grecorromano.
Inscripciones asirias siete u ocho siglos anteriores a Cristo demuestran que, en una época muy remota, los árabes eran politeístas y erigían estatuas a sus dioses.
Sin embargo, existían gérmenes de unidad entre aquella variedad de cultos de Arabia, y le bastó a Mahoma desarrollar dichos gérmenes para llevar a cabo la empresa de unificación que había acometido. Estaba, como ya se indicó, la Caaba, templo venerado por todos los pueblos de la península, los cuales iban a visitarlo en romería desde mucho tiempo antes. Ya se indicó que la Caaba era el verdadero Panteón de los dioses de Arabia, y, cuando Mahoma apareció, contenía las estatuas o imágenes de 270 dioses (ciertos libros hacen subir este número a 370), entre los cuales, según testimonio de los autores árabes, figuraban Jesucristo y la Virgen María. Todos los pueblos de Arabia cifraban su gloria en adornar la Caaba, siendo hasta para los judíos un sitio muy venerado. La custodia del templo estaba confiada a los árabes de la tribu de los coreixitas, quienes, por esta razón, disfrutaban de una autoridad religiosa que toda Arabia reconocía.
Muchos árabes adoraban un solo Dios, sin contar los que ya en tiempos de Mahoma practicaban el cristianismo o el judaísmo, los cuales eran bastante numerosos. Se los llamaba hanyfes, título que Mahoma se complacía en aplicarse, y no solo admitían un Dios único – lo cual es uno de los principios fundamentales del Corán-, sino que enseñaban -lo cual es otro de los más esenciales principios del mismo libro-, que el hombre debe someterse a la voluntad de Dios de un modo tan absoluto como Abraham cuando se disponía a degollar a su hijo Isaac. No sin razón ha podido, pues, Mahoma decir en el Corán que había habido musulmanes antes de él.
Esta concentración de dioses en la Caaba de La Meca hacía posible la fusión de los diversos cultos en uno solo, resultado facilitado también por el hecho de que los adoradores de aquellas divinidades hablaban la misma lengua. Había llegado el momento en que todos los árabes podían unirse en una sola creencia. Así lo comprendió Mahoma, y esto le dio la fuerza que tuvo. Lejos de pensar en fundar un culto nuevo, según a veces se repite, se concretó a predicar que el único dios verdadero era el fundador de la Caaba, que toda Arabia veneraba, es decir, el Dios de Abraham.
El islamismo en el mundo de hoy
En la actualidad, los nueve países más grandes de población musulmana son:
– Indonesia: 170.310.000 musulmanes
– Pakistán: 136.000.000 musulmanes
– Bangladesh: 106.050.000 musulmanes
– India: 103.000.000 musulmanes
– Turquía: 62.410.000 musulmanes
– Irán: 60.790.000 musulmanes
– Egipto: 53.730.000 musulmanes
– Nigeria: 47.720.000 musulmanes
– China: 37.108.000 musulmanes