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La longitud, distribución y color del pelo de los mamíferos varía, dependiendo de la especie. En algunos casos, como las ballenas, la presencia de pelo es casi nula; en otros, como los elefantes, muy escaso, y en especies como los orangutanes es largo y tupido. Asimismo, algunos mamíferos de zonas frías presentan tipos de pelaje distinto según la época del año: más claro y denso en invierno, y oscuro y más ralo en verano.

El colorido también tiene su fin. En muchos mamíferos, el color de la piel o del pelo se mimetiza con el entorno donde habita el animal, de manera que le ofrece camuflaje y protección frente a los depredadores (animales que cazan otros animales). Otras veces existe un gran contraste cromático, que favorece la comunicación visual y proporciona información sobre la identidad de la especie, el sexo, la edad o el estatus jerárquico o social de un individuo.

La piel de los mamíferos presenta un tipo de células sumamente útiles, las sebáceas, que producen una secreción grasienta utilizada para impermeabilizar el pelaje, sobre todo en las especies acuáticas, y para mantener el pelo en buenas condiciones.

Hay mamíferos que poseen sobre la cabeza pelos largos y rígidos, dotados de terminaciones nerviosas. En este caso, los pelos funcionan como sensores que advierten sobre eventuales obstáculos. Un ejemplo de esto son los bigotes de los gatos.

Glándulas cutáneas

Una característica de la piel de los mamíferos es la existencia de distintos tipos de glándulas cutáneas: sebáceas, sudoríparas, odoríferas y mamarias. Las sebáceas secretan sustancias grasas que permiten mantener la piel elástica e impermeable, y lubricar el pelo; las sudoríparas posibilitan la eliminación del sudor a través de la piel (algunos mamíferos carecen de ellas); odoríferas, que proporcionan un medio para marcar y delimitar el territorio en que se mueven, y mamaria, que permiten a las hembras secretar la leche.

Los pelos

El pelo de los mamiferos está formados por la raíz, inserta en una depresión de la piel llamada folículo piloso, y el tallo, compuesto de células córneas muertas y dispuestas en capas concéntricas. Está lubricado por las glándulas sebáceas y puede ser movido (erizado) mediante los músculos horripiladores. Además de un medio de protección de la piel, los pelos son un excelente regulador de la temperatura y aislante térmico.

Uñas y garras

Las uñas son formaciones córneas epidérmicas que recubren la parte dorsal y terminal de los dedos, no solo de los mamíferos sino también de muchos otros vertebrados terrestres. Son típicas de los primates. Además de una función defensiva o de agresión, sirven también como protección para los dedos. En muchos mamíferos las uñas son retráctiles, para evitar su desgaste durante la carrera.

Órganos de la piel

Además de pelos, la piel de los mamíferos tiene un conjunto de órganos especializados que dependen de ella, proceden de ella y suelen servir como elementos de protección de la epidermis en sí y, en general, del propio animal. Su nombre técnico es fanera, e incluye, fuera de los pelos, a las uñas, los cuernos, escamas córneas, garras y pezuñas.