Las angiospermas son plantas vasculares que producen semillas, flores y frutos. De hecho, en griego angiosperma significa «semilla encerrada en una cubierta», debido a que las semillas se encuentran dentro de un fruto.
Son la clase dominante de las plantas en la mayor parte del mundo (alrededor de 250 mil especies), ya que se han adaptado a casi todos los ambientes, con excepción de la Antártica.
Se reproducen sexualmente formando flores y, después de la fecundación, semillas dentro de frutos. Sus flores coloridas atraen a los animales polinizadores, y sus frutos dulces los estimulan a comer las semillas. Así contribuyen a la dispersión necesaria para que nazcan nuevas plantas.
Poseen células conductoras de agua muy eficientes, llamadas vasos, en su xilema, y eficientes células conductoras de alimento, llamadas tubos cribosos, en su floema.
Estas plantas son vitales para el hombre, ya que todos los cultivos alimenticios importantes son plantas con flores, incluyendo granos vitales como el arroz, trigo y maíz. Las angiospermas leñosas, como el roble, cerezo y castaño, proporcionan valiosa madera. También nos entregan el algodón, medicamentos, caucho, tabaco, café y aceites aromáticos para perfumes.
Las plantas con flores (división Magnoliophyta) son de dos clases: Monocotiledóneas (Monocotyledoneae) y Dicotiledóneas (Dicotyledoneae).
Monocotiledóneas
En muchas especies los tallos son leñosos.: sus semillas poseen un único cotiledón (hoja embrionaria) u hoja especial al interior de la simiente, y los nervios de las hojas adultas son paralelos. Por lo general, las flores son trímeras, es decir que tienen tres pétalos. Casi nunca son leñosas. Este grupo incluye a palmeras, pastos, orquídeas, cereales y lirios.
Dicotiledóneas
Existen más de 250 familias de dicotiledóneas, entre las que se incluyen olmos, digitales, legumbres, perejil zanahorias, margaritas, coles, rosas, robles, cactos y brezos. Sus semillas poseen dos cotiledones (hojas embrionarias) y los nervios de las hojas adultas están ramificados; es decir, se dividen a partir de uno central. Por lo general, los pétalos de las flores son cuatro o cinco, o en múltiplos de esos números.