– La trucha arco iris (Onchorhynchus mykiss) se caracteriza por tener la cabeza, el opérculo, el cuerpo y las aletas dorsales, caudal y anal densamente cubiertos de pequeñas manchas negras. Sus escamas son de color verde brillante y café. La ancha franja de color rojo irisado que adorna sus flancos hace a este pez muy fácil de reconocer. Aunque lo frecuente es encontrar especies de 30 a 60 centímetros, hay algunos que llegan a medir un metro y a pesar 12 kilos. Su crecimiento es muy rápido y se la encuentra desde la zona central hasta el extremo sur en aguas correntosas y lagos profundos. Es un pez que puede adaptarse con facilidad a los cambios de temperatura, pudiendo soportar más de 18 grados Celsius. El período de desove de la trucha arco iris es a fines de invierno y en la primavera.
– La trucha café (Salmo trutta fario) presenta una coloración oscura, con tonalidades verde oliva o pardo. Como característica importante se destaca en los flancos la presencia de manchas negras y rojas con un ancho reborde de color claro. Se encuentra, por lo general, desde el río Aconcagua hasta Magallanes. Prefiere los cauces correntosos y lagunas cuya temperatura no exceda los 20 grados Celsius. Es una especie muy apetecida por los pescadores, pues su carne, de color salmón, se consume ahumada o en aceite.
Dentro del grupo de los peces introducidos deben citarse los salmones, que han dado origen a una floreciente industria; la salmonicultura, en el sur de Chile. Entre ellos se encuentran las siguientes especies: salmón del Atlántico (Salmo salar), salmón plateado (Onchorhynchus kisutch), salmón rey (Onchorhynchus tsawytscha), salmón rosado (Onchorhynchus gorbuscha), que aparecen en las estadísticas pesqueras chilenas.
Hay otras especies introducidas, como el bagre norteamericano y la carpa, esta última herbívora, importada como alimento; el pez dorado, como pez ornamental; y la gambusia, para combatir los mosquitos, entre ellos el transmisor de la malaria, ya que se alimenta de sus larvas.
