Aunque no todas las aves pueden volar, sin duda esta es la cualidad que más le envidia el hombre, que siempre ha deseado surcar el cielo como estos animales. ¿Cuántas veces no has deseado ser una gaviota o quizás un halcón para poder viajar a cualquier lugar?.
Las características externas de las aves son inconfundibles. Tienen el cuerpo cubierto de plumas; la boca con dientes es reemplazada por un pico, cuya forma varía de acuerdo al tipo de alimentación; sus miembros delanteros son alas, y los posteriores, patas con cuatro dedos, aunque en algunas especies este número se ha reducido.
Las patas están dispuestas para soportar el peso del animal y adaptadas para posarse, capturar a sus presas, andar o nadar. En la mayoría de los casos, están cubiertas de escamas muy similares a las de los reptiles.
La piel es muy delgada y muy seca, como la de los reptiles, y no está muy pegada al cuerpo. Carece de glándulas, excepto una situada sobre la base de la cola, la uropigial. Esta secreta un líquido aceitoso que el animal extiende con el pico sobre sus plumas para impermeabilizarlas y para mantener la flexibilidad.
El pico es una prolongación córnea -del mismo material que las uñas-. A medida que se gasta por el uso, van formándose nuevas capas córneas, de manera que, en el caso de las aves adultas, su tamaño es siempre el mismo.
Existen múltiples tipos de picos, que se diferencian por el tamaño, la forma, el color o el grado de dureza, dependiendo de la forma en la que el ave obtiene su alimento.
Las aves están distribuidas por todo el mundo, incluso en la Antártica y los desiertos. Se estima que existen más de 8.800 especies en el mundo, agrupadas en 27 órdenes, de las cuales 22 están presentes en Chile con alrededor de 440 especies.
Del total de las especies que hay en nuestro país, sólo 296 anidan acá; las otras ponen sus huevos en otras latitudes y llegan a Chile como visitantes.