Cráneo
El cráneo -que al igual que otros huesos da protección a algún órgano vital- está formado por 22 huesos, que resguardan al cerebro y los órganos principales de los sentidos (ojos, oídos y nariz). Algunos de estos forman la bóveda craneal y los otros, el esqueleto de la cara.
Bóveda craneal: ocho huesos que encierran y protegen esta bóveda se encajan en unas articulaciones fijas llamadas suturas. El hueso frontal se curva en torno al cráneo para formar la frente y la parte superior de las órbitas (cuencas óseas que acogen a los ojos).
Dos huesos temporales protegen los canales que conducen al oído medio e interno. En el oído medio (atrás del tímpano) se encuentran los tres huesos más pequeños del cuerpo: martillo, yunque y estribo. El primero capta las vibraciones sonoras del tímpano, al que está unido, y las transmite al yunque y al estribo. Este último recibe las vibraciones aumentadas 20 veces.
El hueso occipital que presenta un gran orificio que comunica el cráneo con la columna vertebral y a través del cual pasan las principales vías nerviosas. Este está articulado con el atlas (primera vértebra cervical).
Dos huesos parietales forman la parte superior y las paredes del cráneo.
En la línea media se encuentran el pequeño hueso etmoides que forma parte de la pared externa de las fosas nasales.
El hueso esfenoides está situado en la parte anterior y media de la base del cráneo y presenta una parte central que aloja a la glándula hipófisis, llamada silla turca.
Huesos de la cara: son los otros 14 huesos y se dividen en dos partes denominadas maxilares inferior y superior.
La primera está compuesta sólo por el maxilar inferior o mandíbula, que es el único hueso móvil del rostro y cuya principal misión es la masticación. La segunda, en cambio, está constituida por los 13 huesos restantes: 12 de ellos están dispuestos por pares, mientras el restante es impar. Los pares son los maxilares superiores, los malares, los unguis, los cornetes inferiores, los huesos propios de la nariz y los palatinos. El impar es el vómer.
Caja torácica
Está compuesta por 12 vértebras torácicas en la parte posterior, 12 pares de costillas, que salen de los lados de las vértebras torácicas, y por el hueso esternón en la parte anterior, donde llegan las costillas de ambos lados.
Los siete pares de costillas superiores, que se conocen como costillas verdaderas, rodean el cuerpo y se unen al esternón a través de los cartílagos costales. Las tres que siguen se llaman falsas, porque se articulan indirectamente con el esternón. Los últimos dos pares de costillas que se denominan flotantes rodean los costados del cuerpo y no tienen conexión alguna con el esternón.
Columna vertebral
La columna vertebral o espina dorsal es una estructura ósea formada por 33 huesos, llamados vértebras, que comienza en la región cervical, articulando con la base del cráneo y terminando en el hueso del sacro-cóccix. Su función es ser el pilar del esqueleto y proteger la médula espinal que es la estructura que lleva los nervios que comandan el movimiento del cuerpo humano.
En la parte superior están las siete vértebras cervicales del cuello, que son las más pequeñas y permiten el mayor grado de movimiento a lo largo de la espina dorsal.
Luego le siguen 12 huesos más pesados, que se denominan vértebras torácicas o dorsales y forman la parte superior de la espalda. Estos huesos también ayudan a sujetar a los 12 pares de costillas.
Luego vienen las cinco vértebras lumbares que son los huesos más grandes de la columna y soportan la mayor parte del peso del cuerpo.
Por debajo de estas vértebras está el sacro, un hueso colocado entre los dos huesos de la cadera y que constituye la parte posterior de la pelvis. Encajado bajo el sacro encontramos el cóccix, un pequeño hueso afilado formado por cuatro vértebras fusionadas. El cóccix no tiene función alguna, ya que corresponde al vestigio de una cola.