No se conoce la fecha exacta de su nacimiento, pero se sabe que era hijo del Intendente de Aragón, José de Avilés, y de Carmen del Fierro. Inició la carrera de las armas a temprana edad.
Tras una permanencia en distintos regimientos en España, fue destinado a Chile como instructor de caballería en 1768. Luego de una corta experiencia de cuatro años en Arauco, donde participó en las campañas que concluyeron con uno de los tantos parlamentos celebrados en Negrete, en 1770 partió hacia el Perú, donde asumió el cargo de subinspector general del Ejército. Allí permaneció hasta 1795, cuando asumió la gobernación de Chile, la que ejerció durante 1796 para luego ser nombrado Virrey de Buenos Aires (1796-1801) y después del Perú (1801-1809). Murió en Valparaíso en septiembre de 1810, cuando volvía a España.
La rebelión de Tupac Amaru
En Perú, a Gabriel de Avilés le correspondió luchar contra los grupos indígenas liderados por José Gabriel Tupac Amaru, levantados en armas contra el domino español en 1780. Estos obtuvieron sonados triunfos sobre los hispanos en Sangarara, Lampa y Azángaro, llegando incluso a sitiar la ciudad del Cuzco en enero de 1781.
La violenta insurrección -que amenazaba con extenderse por todo el Virreinato- fue duramente reprimida por las autoridades. Un día antes de que las fuerzas rebeldes iniciaran el sitio sobre El Cuzco, habían arribado las tropas enviadas desde Lima al mando del entonces coronel Avilés.
Se ha calculado que las fuerzas del jefe rebelde estaban formadas por alrededor de 40 a 60 mil hombres. La situación que enfrentaba Avilés no era fácil, pues a los constantes ataques del enemigo se podían sumar, eventualmente, levantamientos de los indígenas que estaban al interior de la sitiada ciudad.
La resistencia fue enconada y finalmente el caudillo rebelde debió suspender el cerco y retornar a su cuartel general en Tungasuca. El Virrey, Agustín de Jáuregui, envió fuerzas veteranas al Altiplano, las que arribaron al Cuzco a fines de febrero, conformándose un ejército de 22.000 hombres que partieron hacia la región de Tinta, donde se encontraba Tupac Amaru.
Poco después de ser derrotado en el cerro de Hancomarca, Tupac Amaru fue capturado en el pueblo de Langui, enjuiciado y condenado a muerte por haberse levantado contra la autoridad real. La sentencia se aplicó atando cada una de las extremidades del condenado a sendos caballos, los que fueron azuzados por sus verdugos, casi descuartizando su cuerpo. Luego, fue decapitado. Por su destacada participación, Avilés fue ascendido, en 1785, al grado de Brigadier y destinado a la gobernación del Callao. En 1795, fue promovido a teniente general y Gobernador de Chile (1796).
Gestión en Chile
Avilés recibió su nuevo cargo en septiembre de 1796. La tarea que tenía por delante no era fácil, por cuanto debía reemplazar a uno de los más activos gobernadores que el Reino de Chile tuvo en el siglo XVIII: Ambrosio O’Higgins. Sin embargo, no se arredró e inició una gestión administrativa que dejó gratos recuerdos: era un hombre de buen carácter, bondadoso y piadoso.
En especial, se preocupó por los desvalidos de Santiago, haciendo reconstruir el Hospital San Juan de Dios. Ordenó, además, que el edificio del antiguo Colegio de San Pablo, que había sido dirigido por los jesuitas, fuera destinado para asilo de los mendigos y rehabilitó la Casa de Recogidas -cuya construcción se había terminado en el gobierno de Gabriel Cano y Aponte-, donde se reunía a las mujeres de «mal vivir», para usar la expresión de la época.
Adelantos en Santiago
Por otra parte, Avilés trabajó con el Cabildo de Santiago en el adelantamiento de los tajamares del río Mapocho, el empedrado de las calles, el ornato, la limpieza y la seguridad de la ciudad. Hombre ilustrado, estimuló a Manuel de Salas en sus proyectos de incentivar el cultivo del lino y en la fundación de la Academia de San Luis (1797). Recorrió y visitó distintas partes el territorio, disponiendo un sinnúmero de obras de adelanto local, tal como ocurrió con la construcción de varios templos en distintas villas, obras para las que incluso consiguió el correspondiente financiamiento. Encomiable labor para el corto tiempo en que fue Gobernador de Chile.
Destacada labor en Buenos Aires y Perú
En octubre de 1796, fue promovido al cargo de Virrey de Buenos Aires, donde permaneció hasta 1801, cuando fue destinado a idéntico cargo en el Perú. En ambos gobiernos tuvo destacada labor, similar a la realizada en Chile. Terminado su mandato en el Perú, Avilés se embarcó para pasar a España vía Estrecho de Magallanes. Al llegar a Valparaíso, se enfermó y no pudo proseguir el viaje. Murió en esa ciudad el 19 de septiembre de 1810.