Nació en Santiago el 4 de mayo de 1830, en el hogar del conocido médico irlandés Guillermo C. Blest y María de la Luz Gana.
Inició sus estudios en el Instituto Nacional y más tarde ingresó a la Academia Militar. Con el grado de subteniente fue enviado en 1847 a Francia, donde realizó cursos de ingeniería militar y se recibió como ingeniero topógrafo.
De regreso en Chile después de 4 años, sirvió como profesor de Topografía en la Academia Militar, destacando en este período el plano de Santiago que hizo en 1852.
Entre sus labores administrativas, se desempeñó como jefe de sección del Ministerio de Guerra y Marina y, más tarde, como intendente de la provincia de Colchagua.
Su carrera política fue bastante breve: en 1870 fue elegido diputado, honor que mantuvo hasta 1871 cuando fue designado por el gobierno de José Joaquín Pérez ministro plenipotenciario en Washington, hasta 1873. Después, cumpliría igual misión en Londres y en París.
En su calidad de diplomático cumplió importantes labores para la seguridad del país. Entre ellas intervino en la guerra con España, en 1865, encargándose de gestionar la adquisición de elementos bélicos de mar. Igual actividad desplegó con ocasión de la Guerra de Pacífico en 1879.
Inicios en las letras
En 1854, a los 23 años, Alberto Blest Gana contrajo matrimonio con Carmen Bascuñán Valledor y ese mismo año escribió su primera novela, un romance titulado El Pago de las Deudas.
A esta le siguieron una serie de versos, breves novelas, ensayos y cuadros de costumbre, muy imbuidos del romanticismo imperante entre los jóvenes literatos de la época, los llamados liberales románticos de la generación de 1842.
Luego vino una etapa de más fecunda producción, influida fuertemente por la novelística de Balzac.
Su decisión literaria
En una carta personal dirigida por Blest Gana desde París a Benjamín Vicuña Mackenna, le explicó a este su decisión literaria: «Un día, leyendo a Balzac, hice un auto de fé en mi chimenea, condenando a las llamas las impresiones rimadas de mi adolescencia; juré ser novelista o abandonar el campo literario… Desde entonces he seguido mi propósito sin desalentarme por la indiferencia, sin irritarme por la crítica, sin envanecerme tampoco por los aplausos con que el público ha saludado mis últimas novelas. El secreto de mi constancia está en que escribo no por culto a la gloria,… sino por necesidad del alma, por afición irresistible, por ese algo inmaterial, en fin, que nos lleva a apartarnos de los cuidados enfadosos de la vida, lanzando la imaginación a un campo en que nadie puede vedarnos los dulces frutos de la satisfacción intelectual«.
Madurez creativa
Nada hacía presagiar que este ingeniero topógrafo, diplomático y servidor público, con algunas dotes para la escritura, se convertiría en el gran y único novelista chileno del siglo XIX.
Su vida, de hecho, no acompañó ni reflejó su obra. Hombre perteneciente a la clase alta chilena, definió con singular vitalidad a sus personajes extraídos de las clases bajas provincianas.
Blest Gana no poseía una profunda preparación en términos filosóficos, sin embargo, con gran maestría logró describir personajes, armar historias, establecer diálogos sugerentes y vitales. Su lenguaje es simple, pero su narración suple tal deficiencia.
Las obras capitales de Blest Gana en su época de joven madurez -34 años- fueron La Aritmética en el Amor, Martín Rivas y El Ideal de un Calavera.
Martín Rivas
Una de las novelas más singulares y mejor logradas de Blest Gana es Martín Rivas. En ella no solo arma una historia, sino que llena a sus personajes de las virtudes que él más apreciaba y de los defectos más imperdonables.
La dedicó a Manuel Antonio Matta de la siguiente manera: «Mi querido Manuel: Por más de un título te corresponde la dedicatoria de esta novela: ella ha visto la luz pública en las columnas de un periódico fundado por tus esfuerzos y dirigido por tus esfuerzos, tu decisión y constancia, a la propagación y defensa de los principios liberales -se refiere a La Voz de Chile- ; su protagonista ofrece el tipo, digno de imitarse, de los que consagran un culto inalterable a las nobles virtudes del corazón…»
Lejanía y renacer
En 1864 y por un lapso de 33 años Blest Gana abandonó totalmente su tarea de escritor. Las razones de tal hecho no están claras.
En 1897, por fin renació con su gran obra, la más chilena de todas, llamada Durante la Reconquista, novela en la que reconstruyó el episodio del nacimiento de la República. En más de mil páginas, encierra una enorme cantidad de personajes en una trama compleja y lenta. Su lectura no agita, pero concluye con la certeza de que el protagonista de la obra es Chile y el alma chilena en lucha por su emancipación.
A Durante la Reconquista le siguió Los Transplantados, una historia de la vida de los chilenos en París.
Prolífica vejez
A los 79 años de edad, Blest Gana escribió en Francia El Loco Estero, obra vitalísima que recobra los colores de la lejana patria y de los acontecimientos que le tocó vivir al autor durante su infancia.
Otros de sus escritos fueron La Fascinación, El Primer Amor, Mariluán, Juan de Arias, Engaños y Desengaños, Un Drama en el Campo y La Literatura Chilena, artículo que presentó en la ceremonia de incorporación a la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile, en 1861.
Murió el 9 de noviembre de 1920, en París, Francia.
Póstumamente apareció, en 1947, un volumen de «Costumbres y Viajes«, y en 1959 un artículo, titulado «El Jefe de la Familia«, encabezado por la obra teatral que da nombre a la recopilación.
Algunas de sus obras
«El Pago de las Deudas» (1854)
«Una Escena Social» (1853)
«Los Desposados» (1855)
«Engaños y Desengaños» (1858)
«El Primer Amor» (1858)
«La Fascinación» (1858)
Juan de Aria» (1859)
«Un Drama en el Campo» (1859)
«La Aritmética del Amor» (1860)
«Martín Rivas» (1862)
«El Ideal de un Calavera» (1863)
«Venganza» (1864)
«Mariluán» (1864)
«La Flor de la Higuera» (1864).
«Durante la Reconquista» (1897)
«Los Trasplantados» (1904)
«El Loco Estero» (1909)
«Costumbres y Viajes» (1959, obra póstuma)