Nació en Chillán el 9 de agosto de 1897, pero pasó sus primeros años de vida en el fundo familiar ubicado en Pailahueque, cerca de Victoria.
Luego, sus padres decidieron que tomara clases con profesores particulares e institutrices (incluso de francés).
A los catorce años, dejó el fundo para viajar a Europa.
Sin embargo, tras el estallido de la Primera Guerra Mundial, regresó al país. Junto a su familia, se radicó en Chillán (1919) publicando durante este lapso algunos poemas y sus primeros cuentos en el diario La Discusión.
En 1923, lanzó su primera y más importante novela, Montaña adentro. Al año siguiente falleció su padre, por lo que se trasladó a Santiago, en 1925, donde comenzó a editar cuentos en diarios capitalinos, pero también hizo llegar escritos suyos a medios de Concepción y de Buenos Aires.
Al año siguiente, publicó la novela Bestia dañina y el cuento Don Florisondo.
Desde 1934, trabajó como redactora en la revista Familia, siendo posteriormente su directora.
En 1938, publicó Cuentos para Marisol, y en 1943, Aguas Abajo, cuentos por el que recibiría el Premio Atenea, conferido por la Universidad de Concepción.
Inició su carrera diplomática en 1939 cuando fue nombrada cónsul honorario en La Plata (Argentina).
Después, en 1943, el presidente Juan Antonio Ríos la designó cónsul de profesión adscrito al Consulado General de Chile, en Buenos Aires.
En 1953, regresó a Chile y se radicó en Santiago.
Su novela María Nadie apareció en 1957 y, dos años después, El mundo mágico del niño.
En 1960, viajó a España a someterse a una delicada operación a la vista. Al año siguiente, obtuvo el Premio Nacional de Literatura.
Fue nombrada agregada cultural de la embajada chilena en Brasil y luego en Uruguay.
Falleció el 27 de octubre de 1967 en Uruguay.
El criollismo de Brunet
La especialidad de esta escritora fueron la novela y el cuento campesinos, en los que describe el mundo rural insertándolo en las formas del criollismo; sobre todo en su obra capital de este período, Montaña adentro.
Pero sus obras no solo se reducen a relatos del campo, sino que calan en los conflictos humanos y sociales, representando así un criollismo enriquecido por la influencia imaginista.
El período criollista de Marta Brunet fue quedando atrás, en la medida en fue ahondando en la conciencia de sus personajes, sobre todo en la de los femeninos.
¿Sabías que?
El 7 de junio de 1962, fue declarada HIJA ILUSTRE DE CHILLÁN, distinción que la emocionó hasta las lágrimas.