Más del 97 por ciento del agua del planeta -que en total cubre el 71 por ciento de la superficie terrestre- corresponde a las aguas saladas de océanos y mares, por lo que estamos hablando del ecosistema más grande de la Tierra.
El biotopo marino o, en otras palabras, el ambiente o entorno en el cual se desenvuelven las especies marinas, recibe distintas denominaciones de acuerdo a la profundidad y la distancia que esté de la costa. Con relación a la profundidad, el océano se divide en la zona fótica, que es aquella que permanece iluminada por el sol y que llega a alrededor de los doscientos metros de profundidad, y la zona afótica, que es oscura, porque no recibe los rayos solares. Se inicia en los doscientos metros de profundidad.
En la zona afótica hay una nueva división: la zona batial, que llega a alrededor de los dos mil metros de profundidad y que está influida por los movimientos ascendentes y descendentes de las masas de agua; y la zona abisal, zona más profunda que sigue a la batial, en la que las aguas permanecen tranquilas.
Considerando la distancia respecto a la costa, se distingue entre la zona nerítica y la pelágica.