A pesar de que no se tienen registros de la fecha exacta del nacimiento de María Isabel Riquelme y Meza, se sabe que fue bautizada en 1759 en la ciudad de Chillán.
Provenía de una familia aristocrática, por lo que, desde pequeña, estuvo acostumbrada a recibir visitas ilustres en su hogar. Uno de ellos fue Ambrosio O’Higgins, quien llegó hasta Chillán en 1777. El ilustre irlandés de 57 años de edad quedó encantado con la joven Isabel, con quien tuvo un breve romance. Si bien las promesas de matrimonio nunca se concretaron, fruto de esta relación nacería el padre de la patria, Bernardo O’Higgins Riquelme.
A pesar de ser Isabel madre soltera, Ambrosio O’Higgins se preocupó siempre de brindarle su apoyo. Así, tras el nacimiento de Bernardo, el 20 de agosto de 1778, le concedió su apellido y veló en todo momento por su educación.
La vida de Isabel Riquelme continuó en la hacienda de su padre. Dos años después, contrajo matrimonio con Félix Rodríguez Rojas, con quien tuvo una hija llamada Rosa. Luego de enviudar en 1782, Isabel Riquelme nuevamente se casó, ahora con Manuel de Puga y Figueroa, con quien tendría otra hija llamada Nieves.
A pesar de que el hijo de ambos, Bernardo, fue alejado a temprana edad de su madre para recibir una educación de calidad, el vínculo y la comunicación entre ellos nunca cesó. Por ello, una vez que Bernardo O’Higgins retornó al país, se llevó a vivir con él a su madre y su media hermana Rosa a la hacienda de Las Canteras.
La tranquilidad fue bruscamente interrumpida por los movimientos independentistas ocurridos en el país a partir de 1810. En todo momento, Isabel Riquelme apoyó la causa de su hijo; incluso, tras la Reconquista española huyó junto a él a Argentina y realizó diferentes oficios, como costurera o fabricando cigarros, para sustentar sus gastos.
Con la victoria de los patriotas en Chacabuco, en 1818, la madre del libertador regresó a Chile y se instaló con su hijo. Junto a él vivió momentos de gloria, como su designación como director supremo, y también lo siguió en su caída, tras su abdicación en 1823. No dudó en acompañarlo durante su exilio en el Perú, haciéndose cargo de su nieto, Demetrio.
Falleció en Lima, el 21 de abril de 1839. Sus restos fueron traídos hasta Chile en 1947.
Glosario
– Ilustre: Insigne, célebre.
¿Sabías que?
En aquella época era mal visto que funcionarios de la corona española se casaran con MUJERES CRIOLLAS. Esto solo se podía con la previa autorización del rey.