El sustrato del cual se crea la música es el sonido. Las cuatro cualidades básicas del sonido son la altura, la duración, el timbre o color y la intensidad, fuerza o potencia.
La altura corresponde a una de las propiedades del sonido. Es una frecuencia de onda.
Los tipos de alturas son agudo, medio y grave.
Los sonidos agudos son los sonidos más altos que se ubican en el pentagrama más allá de la nota LA (segundo espacio hacia arriba), cuando utilizamos la llave de SOL.
Los sonidos medios son los sonidos que se ubican, en un pentagrama con llave de Sol, entre las notas Sol (segunda línea) y Do (línea adicional abajo), también se utiliza la llave de Do con los sonidos medios.
Los sonidos graves son los sonidos más bajos y se ubican en un pentagrama con llave de Fa, desde el Si sobre la pauta hacia abajo.
La intensidad es la amplitud de la onda del sonido .Esta puede ser fuerte (forte), débil (mezzoforte) o suave (suave). Se escribe siempre debajo de la partitura.
La duración es el tiempo de la vibración de la onda de sonido y puede ser largo o corto.
El timbre es una cualidad del sonido y representa la característica sonora de cada instrumento musical en particular.
Una melodía es entonces una sucesión de sonidos y silencios que se desenvuelve en una secuencia. Ésta parte de una base conceptualmente horizontal, con eventos sucesivos en el tiempo y no vertical, como sería en un acorde, donde los sonidos son simultáneos. Sin embargo, esta sucesión de sonidos puede contener cierto tipo de cambios y aún ser percibida como una sola entidad.
Cuando interviene la voz humana la forma musical es vocal, y cuando sólo hay instrumentos, se le llama instrumental.