Cada día en la escuela
estaba ahí,
sin nadie a su lado
que le quisiere acompañar
siempre solo y sin saber
que alguien le amaba, le amaba de verdad.
Hasta que un día sin esperar
desesperadamente y sin parar le hablé
cuando de pronto en un abrir y cerrar de ojos
¡Desapareció!
fue raro lo sé, y triste a la vez
sabiendo que si le hubiera hablado antes
tal vez siquiera me habría mirado.
Cuando a veces lo veo en mi mente
siento que debí haberle dado un abrazo
para poder así desaparecer junto a él
y tal vez estar en este momento junto a él.
Este cuento fue escrito en honor a una amiga.