Mi gato pobre y sucio peleando como todos los días con el perro del vecino, ya le ha sacado la oreja y casi todo el pelaje al perro y mi gato impecable. Ya han llamado a los carabineros tres veces y como siempre yo en su defensa; pero hubo un día que mis vecinos se mudaron por mi gato malcriado y llegaron en su lugar otros con un gato aún más malcriado, y apenas se conocieron mi gato se tiró arriba de él como un léon pero el otro gato de un mordisco lo mató.
Mi gato no murió pues seis vidas le quedaron y mi pobre gatito triste y traumado quedó anhelando que vuelva su amado amigo el perro. Mi gato en venganza volvió y el rabito el otro gato se lo sacó… Pobre de mi gato, cinco vidas le han quedado y el dueño del otro gato con un palo le ha dado y ahora cuatro vidas le han quedado; pobre mi gatito, pena me da al verlo ronronear.
Con cuatro vidas mi gato aún valiente fue de nuevo a pelear y con un rasguñón solo tres vidas le han de quedar.
Yo fui a reclamar pero solo me dijeron que mi gato había hecho lo mismo y me tenía que acostumbrar porque es un castigo divino que Dios le dio a mi gato.
A mi gato tres vidas le quedaron y a la lucha fue, luchó y cinco vidas al otro gato le han quedado, pues mi gato muy furioso estaba, pero el otro gato nuevamente una vida le ha sacado y ahora solo dos vidas le han quedado. Me preocupé y a la defensa fui pero no alcancé, pues el otro gato ya otra vida le había sacado y solo una vida le ha dejado.
Yo empezé a cuidar a mi gato, no lo dejé que fuera a pelear y lo eduqué.
Un gato muy fino fue, ya no peleaba, muy lindo y fino era, pero un día lo saqué a pasear y llegó su antiguo amigo el perro ya entrenado, nuestro antiguo vecino lo había enseñado a matar y arriba de mi gato se tiró y un mordisco le dio y mi querido y amado gato murió… Lloré, lloré y lloré y al perro a golpes lo maté pues mi gato era mi gato solo mío y muerto ahí estaba.. ¡¡qué triste fue!! Pero me dejó un regalito y ahora tengo otro aún chiquitito hijo de mi difunto gatito…