Esta era una flor que se cerraba y abría, pero no todo el tiempo. Sólo se abría en la noche y nadie sabía por qué.
Una vez, una niña, llamada Nicole Barra, se sentó al lado de la flor y preguntó: «¿qué te pasa flor, que sólo te abres por la noche?».
La flor respondió: «bueno, es que a mi no me gusta mucho el sol, por eso. Aunque igual me pone triste».
La niña lloraba por la flor y rezaba para que se abriera en el día.
Un día, la niña salió de su casa para hablar con la flor y al llegar exclamó: «¡oh, por dios que bien, es de día y estás abierta!».
La flor respondió: «bueno, hice un intento y funcionó. Gracias por apoyarme y decirme que lo hiciera, muchas gracias».
Desde ese día, la flor y la niña fueron muy buenas amigas.
Fin.
«La amistad es lo mejor que hay en el mundo sino, no habría paz aquí. ¡No discrimines! Solo haz millones de amigos. Así, el mundo será hermoso, precioso…»
Por: Vanessa Fonseca, 4° básico, 9 años.