Había una vez en Concepción un duende llamado Juampy el que se sentía muy solo, así que fue a buscar a su amiga Cony, que vivía cerca.
Juampy le pidió 4 millones de pesos para ir a Santiago y volver, ella aceptó. Entonces Juampy fue a su viaje.
Unos días después Juampy volvió a Concepción y comprendió que no hay nada mejor que el hogar.