En un pueblo muy antiguo, habitaba una mujer muy pobre que se encontraba en la más absoluta soledad, solo tenía unos gatitos muy pequeños que la acompañaban para no sentirse sola.
Pero un día, un hombre extraño golpeó su puerta pidiéndole alojamiento.
De inmediato el hombre conoció a la mujer diciéndole: – ¿Marta, tanto tiempo que no sabía nada de ti yo pensé que habías muerto…?
La mujer quedó impresionada al ver a aquel hombre y le dijo: – ¿José eres tú, hermano querido, pensé que habías muerto en aquel incendio, igual como murieron nuestros padres y hermanos?
– No mujer, lo que pasó hace mucho tiempo me dejó muy mal ya que pensé que lo había perdido todo, incluso mi familia, que era lo que más amaba en mi vida. Fue así como decidí irme del pueblo para poder olvidarme de todo aquello que pasó en el incendio del año 1999. Ese mismo día me fui con rumbo a Argentina donde no me fue agradable el lugar, pero con el tiempo me fui adaptando. Y rápidamente conseguí un trabajo gracias a una bella mujer con la cual me casé y tengo dos hijas hermosas, la mayor tiene 15 y la menor 13. ¿Supongo que quieres saber porque estoy aquí, verdad?
– Claro que sí hermano mió.
– Deja explicarte. Con la persona que me casé, Fernanda, tiene unos familiares por aquí, en este pueblo, «Cordillera». Ya que no los veía hace unos años. Cuando pasaba por aquí recordé la casa en donde viví mi infancia y aquel incendio. Tuve mucha curiosidad por saber quien habitaba en ella y me atreví a tocar la puerta, ya vez me encontré con mi única hermana que queda viva. ¡Vaya me llevé una gran sorpresa y te reconocí de inmediato! A pesar de que estás un poco vieja y sola, por lo que veo. ¡No me digas que nunca te casaste y formaste tu propia familia!
– Ay hermano, nunca tuve el valor de conocer a otros hombres después de lo que pasó con aquella persona, Federico. Él me hizo mucho daño, no sabes cómo me dolían sus golpes, sus insultos. Gracias a Dios por su fortaleza, lo pude dejar. Pero las huellas quedan al igual que el dolor.
– Ahora que te encontré no voy a dejarte aquí, tu vienes conmigo porque no puedes seguir teniendo esta vida miserable, llena de pobreza.
– Esta bien hermano me iré contigo, donde tú quieras…