Había una vez un conejito que vivía en una tienda de mascotas hace 1 año, él había hecho muy buenos amigos en ese tiempo, pero se ponía muy triste porque siempre los vendian a la semana de haber llegado.
Cierto día, llegó a la tienda una niña con su padre, la niña quería que le compraran una mascota, obsevó con mucho detalle a cada animal que había, hasta que después de mirarlos a todos dijo:
– ¡Me ha gustado el conejo que esta allá!
El conejito estaba muy contento de que lo eligieran, pero al igual muy triste al dejar a sus amigos.
Cuando llegaron a la casa, le preguntaron a la niña: ¿qué nombre le pondrás? Y la niña se puso a pensar y dijo: le pondre Panchito. Cuando respondió, le preguntaron porqué ese nombre y no otro y dijo que era parecido al de su hermano que en el camino durmió sin moverse. Los papas se pusieron a reír y dijeron: es verdad.
Después de tres años desde que lo compraron Panchito vivió muy buenos y felices momentos con su nueva familia…