Estrellas que brillan en el cielo, cuando nos visita la soledad.
Ángeles que nos alimentan con su calor al momento de llorar;
Tímidas al nacer…
Inseguras al crecer;
Te enamoran hasta enloquecer…
Almas de dulzura… Que nos embriagan en amor.
Piel bañada en ingenuos pétalos blancos;
Rizos iluminados por el oro y la primavera de sus rostros.
Sonrisas brillantes que nos iluminan con la fuerza de un sol…
Nos hieren con su indiferencia y nos destruyen sin una razón;
Te hablan con sus inocentes ojos… Ojos que te hechizan de a poco el corazón…
Es un misterio lo que piensan… Su mejor aliado es la imaginación.
Son capaces de amar y cambiar ese amor en tan solo segundos…
Expresan lo que sienten con tan solo una mirada…
Una sonrisa es su escudo y su risa el conjuro;
Tú corazón las idealiza como a un soneto de amor,
Esta fuerza olvida el desprecio y la melancolía.
Bailan como mariposas a la luz del día…
Nos obsequian una ilusión y nos regalan con un beso mucho amor…
Lunas que alumbran tu camino, cuando la esperanza está derrotada.
Son el agua y la vida… Diosas del amor y la fertilidad.
En estos momentos solo creo en mi hada de los sueños.
Viven en un cuento infinito…
Ellas son las hadas que cantan la oración de la prosperidad;
Hadas con aroma de jazmín y ojos de rubí.
Sólo en mí nube dulce de chocolate existe esa princesa…
Esa niña que vive en mis sueños y me hace compañía mientras duermo;
Me abraza con mucho amor mientras el frío congela el alrededor.
Seca mis lágrimas de hielo con sus manos cálidas de comprensión;
Como me gustaría que el mundo de mis sueños y la realidad se besaran.
Para que existiera así… Más hadas como ella.