Ayer en la mañana, en una calle de tierra, se encontraban tres chicos.
Los tres eran amigos. Lucas de once años, era el más fachero, Fernando de doce años, era el mejor jugando al fútbol y Gabriel que tenía diez años, era el mejor jugando a los videos juegos.
Los tres peleaban por una chica, ella era Flor, tenía once años. Era la más inteligente y educada del grado.
Lucas propuso una carrera de bicicletas para ver quién era novio de Flor. Fueron a buscar sus bicis y un niño que estaba ahí dijo: «En sus marcas, listos ¡ya!».
Salieron muy rápido y Gabriel se tropezó con una piedra y cayó de su bici. Lucas siguió, pero Fernando frenó y lo ayudó. Gabriel estaba muy lastimado, se había hecho un tajo en la pierna.
Lucas siguió en la carrera y distraído cayó a un zanjón. Un rato después, llegó Fernando y lo sacó. Lucas le agradeció y Fernando dijo: «No importa, somos amigos. Nunca más peleemos así». Y Lucas dijo: «Sí, tienes razón».
Al otro día, los tres se juntaron en la plaza y hablaron mucho sobre lo que había pasado. Ya a ninguno de los tres le gustaba Flor.
Por: Enzo Esteban, 11 años. De Mendoza, Argentina.