En un lindo y soleado día de Diciembre Catalina se encontraba sentada bajo el árbol más bonito del pueblo El Tránsito. Ella es una linda niña de 13 años que estudia en una humilde escuela de allí. A Catalina le gusta sentarse a la orilla del río a pensar y recordar viejos tiempos, en ese instante recordaba un paseo de curso realizado hace ya tres años. La historia comienza así: «Cuando todos llegaron al pueblo de Chiguinto, el profesor Antonio ordenó que todos los alumnos instalaran el campamento bajo el sauce llorón. Después el curso se fue a bañar al río, lo pasaron súper bien. Pero luego pasó algo que Catalina jamás olvidaría, su mejor amiga Nazira le dijo que más allá, entre unos montes, habían muchos ruidos y que fueran a investigar.
Catalina no dudó en seguirla, pero invitaron a Estephano, su mejor amigo para que las acompañara porque sus otras amigas y amigos tenían un campeonato de basketball en Copiapó. Emprendieron camino al lugar en donde resolverían un misterio.
Cuando llegaron no sintieron ningún ruido, pero decidieron quedarse allí hasta que algo sucediera. Estuvieron seis horas sentados sin escuchar nada. El silencio invadía a aquel grupo. El profesor se preocupó y empezaron a buscar a los tres amigos, no había rastro de ellos. Cuando quisieron volver al campamento escucharon voces, las siguieron y ¡ Adivinen qué encontraron!: ¡tres pequeños duendes! Estas criaturas ataron a Estephano, Nazira y Catalina y les obligaron a tomar una poción de color azul, según los duendes, esta poción dejaría en blanco la mente de los pequeños, pero no les resultó. Los amigos fingieron no recordar nada para poder escapar. Los duendes les dejaron libres pensando que no los recordaban. Ellos corrieron y corrieron hasta llegar al campamento, ahí se encontraron y les preguntó en dónde habían estado, estos mintieron diciendo que se habían estado bañando en otro lugar.
Este fue un secreto verdaderamente. Nunca más volvieron a ver a los duendes, por suerte.
Al recordar esto Catalina solo reía, pero en su interior tenía mucho miedo de volver a encontrarse con esos duendes. En ese momento llegó Nazira y partieron a dormir para que en la mañana fueran al paseo de curso de 8° año a Chollay, otro pueblo en las cercanías del Tránsito. Catalina y sus amigos no se perderían por nada del mundo este paseo, porque era el último año de enseñanza básica, además sabían perfectamente que en ese paseo pasarían cosas muy importantes que nunca olvidarían. Ellas se morían de ganas de vivir una nueva aventura.
Catalina, Nazira y Estephano fueron, son y serán los mejores amigos por siempre. Pero nunca nadie se enterará de la aventura vivida por estas tres especiales personitas que se tratan como todos deberían tratarse y que se respetan y confían entre sí como nadie lo ha hecho. Pero esos tres duendes forman parte de uno de los secretos más importantes de esta amistad.
Y aquí termina la linda historia de esta amistad de tanta confianza que se vivió en forma sana y divertida.