Érase una vez una casa encantada… Y había un fantasma en ella, se llamaba el Fantasma de la Oscuridad y le encantaba asustar a las personas. Pero un día por la noche, vino una familia y los molestaba así que a la noche siguiente decidieron que esa casa era muy vieja.
El fantasma lo había oído y se puso muy contento, tanto que cuando se fueran iba a hacer una fiesta, pero pensaba que la fiesta iba a ser muy triste si la hacia solo.
Pero él no sabia que iban a destrozar la casa con él dentro, ¡pobre fantasma! Mientras él pensaba que se libraba de ellos, y eran ellos los que se querían librar de su casa de toda la vida.
Pero de repente oyó un ruido, miro a ver lo que pasaba y se dio cuenta de que estaban destrozando su casa. Se enfadó tanto que les dio un susto tan grande que se fueron corriendo y no volvieron nunca más a molestarlo.
El fantasma para celebrarlo llamó a unos amigos, hicieron una fiesta y el fantasma no se sintió solo nunca mas…
¿Para qué compartir su casa con gente que no lo comprende?