Cuentan que un aviador iba volando por el campo y vio una sandía gigante, bajó y le dijo al campesino:
-Le compro esa sandía.
El campesino miró la sandia y le dijo:
– Se la vendo por el porte a $10.000 pesos.
El aviador aceptó y se la llevó.
En su camino a casa pasó por un laboratorio y accidentalmente le cayó una fórmula a la sandía y el científico dijo:
– Lo siento, esta fórmula es para hacer crecer las cosas, tal vez su sandía crezca o tal vez no, esta fórmula no ha sido probada aún.
El aviador volvió a casa y al partir la sandía se llevó una gran sorpresa: un gigante salió de la ella y lo asustó, el aviador lanzó un grito de terror y se fue de la casa.ç
A los tres días se enteró de esto una dragona que salvaba gente diariamente.
La dragona fue a la casa del aviador y se puso en acción inmediatamente.
Le lanzó fuego y le quemó la comida. El gigante enojado le lanzó un golpe que la audaz dragona esquivó y luego la dragona con un certero tiro le quemó el pelo.
El gigante salió corriendo jurando venganza.