La revolución de 1829 puso fin a la República Liberal a causa de las desaveniencias en la designación del Vicrepresidente del país. La disputa bélica refundó la organización del Estado hacia la denominada República Autoritaria.
El partido liberal obtuvo amplia mayoría en las elecciones del Congreso y en las de Presidente de la República realizadas en 1829.
Pinto fue designado Presidente, pero el conflicto que llevaría a la revolución de 1829 y al enfrentamiento bélico, surgió cuando se trató el punto de la designación de Vicepresidente, por cuanto ninguno de los colegios provinciales de electores que habían votado reunía mayoría absoluta.
El Congreso usó la disposición constitucional que lo autorizaba para rectificar la elección, pero no designó a las dos primeras mayorías porque no eran del Partido Liberal y nombró a Joaquín Vicuña, quien había obtenido escasa votación.
Revolución de 1829
El conflicto estalló en Concepción, encabezado por el general Prieto, cuyo ejército avanzó sobre Santiago. Francisco de la Lastra dirigió la resistencia de parte del gobierno y ambos ejércitos se encontraron en pleno combate en Ochagavía.
Acordaron una tregua o armisticio y se puso al país en manos de Freire, quien convocaría a un congreso. Pronto se rompió la armonía nuevamente entre Freire y la Junta Provisional.
La Junta entonces confió el mando de la nación a Prieto. Luego de vaivenes políticos, quedó José Tomás Ovalle en la presidencia y Diego Portales como ministro del Interior, Relaciones, Guerra y Marina. Freire fue sacado del ámbito gubernamental, salió de Santiago, reunió tropas y se embarcó hacia Coquimbo.
Su propósito era restablecer la Constitución del 28. Se trasladó por mar hasta el Maule y los dos ejércitos se enfrentaron junto al río Lircay el 17 de abril de 1830, donde Freire fue ampliamente derrotado con un saldo de trescientos muertos en el campo de batalla.
Fue el último hecho de sangre de la época.
Hacia la organización nacional
En medio de las turbulencias de la Guerra Civil, destacó la fuerte y carismática figura de Diego Portales, conservador, comerciante desde joven y que nunca antes llamó la atención pública.
Se empezó a perfilar políticamente y en 1827 publicó un periódico llamado “El Hambriento», que con su estilo satírico le atrajo gran popularidad.
Además, fue tal la actividad que desplegó como Ministro del Interior, Relaciones Exteriores, Guerra y Marina, que se transformó en un verdadero Jefe de Gobierno.
Facultado por el Congreso con atribuciones extraordinarias, ejerció el poder con resolución y su objetivo fue consolidar un Estado organizado que diera garantías de paz y trabajo. A su juicio había que acabar con el espíritu revolucionario y tratar a los perturbadores del orden como enemigos del progreso.
Así, durante tres decenios se materializó la República Autoritaria, caracterizada de principio a fin por tres gobiernos fuertes, centralizados y sostenidos en el ideario portaliano. La gran meta de este período fue la organización nacional, sin la cual la democracia posterior no hubiera sido posible.