Aunque el fútbol tiene su origen en el año 200 a.C en China, solo a mediados del siglo XIX este juego se extendió por Europa. Y si bien esta disciplina creció con rapidez, una pregunta sigue rondando entre sus fanáticos: ¿Cuál fue el primer campo de fútbol de la historia?
Según historiadores, las primeras canchas de fútbol eran simplemente campos abiertos y sin delimitar, donde se practicaba este deporte al aire libre.
Sin embargo, cerca del siglo XX el fútbol comenzó a organizarse y reglamentarse. Esto incentivó la creación de los primeros campos de fútbol reglamentarios.
La primera cancha de fútbol reglamentaria se construyó en Inglaterra en 1855. Tenía una medida de 137 metros de largo por 91 metros de ancho.
De esta forma nació el Bramall Lane, estadio que se emplaza en la ciudad de Sheffield, Reino Unido. Este estadio pertenece al club Sheffield United FC.
Este estadio es llamado «por «la cátedra», al ser el campo de fútbol más antiguo del mundo.
Campo de fútbol
El campo de juego o cancha suele ser de pasto, pero se puede jugar en otro tipo de superficies, incluso, en algunas competiciones, sobre superficies artificiales.
El campo no puede medir más de 119 m de largo por 91 m de ancho y tampoco menos de 91 m de largo por 46 m de ancho.
El paso de los años hizo que los reglamentos fueran más estrictos y modernos. A tal punto, que hoy cada parte de un campo de fútbol está normado por las reglas de la FIFA.
Las porterías consisten en dos postes colocados verticalmente y con una separación de 7,32 m, un travesaño (larguero) que los une a una altura de 2,44 m y una red que abarca toda la parte trasera de la portería.
La pelota es redonda, con una circunferencia entre 68 y 71 cm y un peso entre 396 y 453 g.
El juego está controlado por un árbitro ayudado por dos jueces de línea (denominados desde 1996 árbitros asistentes). Normalmente hay dos tiempos de 45 minutos con un intervalo mínimo de descanso de cinco minutos (que habitualmente es de quince).