– Carnaval cultural de Valparaíso: una verdadera fiesta urbana es la que acontece en esta costera ciudad durante la última quincena de diciembre. Actividad impulsada por el Consejo Nacional de la Cultura y de las Artes y la Municipalidad de Valparaíso, los carnavales culturales surgieron en el año 2001 para posicionar a la ciudad como lugar de encuentro, tras su nominación como Patrimonio de la Humanidad. Cada año, una ciudad es invitada a mostrar sus expresiones artísticas más emblemáticas. Dura cerca de cuatro días, en los que se intercambian diferentes experiencias.
– Cruz de Mayo: durante la conquista española, los misioneros y evangelizadores usaron la cruz como medio de acercamiento con los indígenas.
Al no compartir el mismo idioma, usaron este importante símbolo de la fe cristiana para inculcarles la idea de Dios. De esta manera, la instalaban en un lugar visible y se preocupaban de organizar grupos para honrarla.
Actualmente, esta tradición permanece arraigada en algunas localidades de la zona centro. Se realiza una procesión por las calles, con cruces adornadas y velas, en la que se solicitan limosnas para los más desposeídos.
– Trilla a yegua suelta: en diferentes localidades campesinas de Chile, como San Esteban, San Javier o Florida, se realiza una actividad típica de las labores campesinas, que data desde la Colonia.
Tal como lo dicta la antigua tradición, durante la trilla a yegua suelta, caballos y yeguas corren en círculo, pisoteando las gavillas de trigo para separar la paja del grano. El evento se realiza durante los meses de verano y es amenizado, además, por grupos folclóricos, comida chilenas y juegos típicos, como carreras de galgos y rodeos, entre otros.
– Fiesta de la Virgen de las 40 horas: corresponde a una fiesta religiosa que se realiza desde hace más de cien años en la ciudad de Limache, el último domingo de febrero. En ella se honra a la imagen de la virgen, ubicada en la parroquia de la Santa Cruz, la que sale a las calles para recibir las muestras de afecto.
Cuenta la historia que este culto se inició cuando unos pescadores de Concón encontraron flotando la estatua de la Virgen vestida de blanco y con un manto azul; más tarde, un poblador de Limache adquirió la imagen y comenzó a rendirle honores en su casa, hasta que el lugar no podía albergar la gran cantidad de fieles y fue trasladada a la parroquia de la ciudad.
La fiesta coincide con la exposición de las 40 horas del Santísimo, de ahí su nombre.
– Cuasimodo: una semana después de celebrada Semana Santa, se realiza en algunas localidades rurales de nuestro país la fiesta de Cuasimodo.
Durante ella, el párroco de la ciudad y su comitiva dan la comunión a los enfermos y a las personas que no pueden hacerlo directamente en las parroquias e iglesias. La tradición cuenta que la comunidad comenzó a acompañar a este grupo ante la eventualidad de que fueran atacados por bandidos de la zona.
A pesar de que muchos creen que esta tradición proviene desde los tiempos de la Colonia, solo existen registros fehacientes de que durante la conformación de la República algunas caravanas de cuasimodistas recorrían los caminos rurales.
Hasta hoy, una caravana de hombres a caballo secundan al cura que lleva el cuerpo de Cristo. El primero de ellos es llamado campanillero, ya que es el encargado de avisar con el sonido de su campanilla la cercanía del sacerdote; mas atrás, dos huasos llevan las banderas de Chile y del Vaticano, mientras un tercero porta el pendón que representa a la comunidad de cuasimodistas. El cura es trasladado en un birlocho y tras él, se despliega una fila de huasos vestidos con trajes de color blanco y amarillo.
La caravana se detiene en los lugares solicitados para entregar la comunión y, generalmente, las casas reciben al cura con un altar preparado de manera especial para la ocasión.
– La quema de Judas: durante Semana Santa, exactamente en la madrugada del domingo de Resurrección, en algunos cerros de Valparaíso y en otras zonas del país, como Alto Jahuel y Alhué, se realiza la quema de un muñeco del tamaño de un hombre, que está colgado en algún lugar público y que representa a Judas.
Relleno de paja y monedas, vestido con ropas de los mismos vecinos del lugar, la tradición tiene su asidero en el Evangelio, ya que Judas murió ahorcado y antes de fallecer tiró las monedas recibidas a cambio de entregar a Jesús.
Durante la quema del muñeco, la gente también realiza un juicio público al apóstol.
– Celebración de San Pedro: en la mayoría de las caletas y puertos del país se celebra la festividad de San Pedro, patrono de los pescadores, el 28 de junio de cada año.
Durante el festejo se reúnen los diferentes gremios de pescadores para pedirle a su patrono una buena pesca y abundancia, salud y condiciones favorables para trabajar en el mar. Primero se realiza una misa y, luego, una procesión de la imagen del santo por la caleta. El traslado también es acompañado por bailes chinos y alegorías.
Finalmente, la procesión se realiza por mar. Los botes que llevan la imagen de San Pedro y de la Virgen son secundados por otras embarcaciones engalanadas con flores, realizando un paseo por el lugar.
– Fiesta de la vendimia: en diferentes zonas del país se celebra este evento ligado a uno de los procesos agrícolas más importantes: la recolección de la uva.
En el valle de Colchagua, específicamente en Santa Cruz, cada año se realiza esta importante fiesta que reúne a las viñas más destacadas de Chile. Junto a bailes típicos, degustaciones, e, incluso, el tradicional zarandeo de la uva, se festeja cada año la vendimia.