En 284 ascendió al trono Diocleciano, que creó la forma de gobierno llamada tetrarquía. En la cúspide, dos co-emperadores y debajo de ellos dos vice-emperadores. Duró alrededor de veinte años.
Otra de las reformas fue a causa de la escasez de hombres a lo largo del imperio. Cada hijo debía seguir el oficio de su padre, o sea, si el padre era soldado, el hijo soldado, padre granjero, hijo granjero, etc. Los granjeros tampoco se podían cambiar de tierras sin permiso expreso del emperador.
La tetrarquía de Diocleciano no sobrevivió a su muerte, y tras su deceso sobrevinieron 20 años de descontento.
Constantino
En 324 ascendió al trono Constantino, emperador conocido sobre todo por dos profundos cambios para el ya decrépito imperio: ordenó construir una Nueva Roma en el lugar donde hoy está Estambul, por entonces Bizancio, y la llamó Constantinopla.
Esta se convirtió en el centro de oriente. Y segundo, se convirtió al cristianismo. La creación de Constantinopla comenzó la separación del imperio en el occidental y el oriental, ya que mucha de la administración y de los negocios fueron trasladados a la nueva ciudad.