Cuauhtémoc, sería el último emperador azteca.
A la muerte de Itzcoatl, en 1440, las tres ciudades de la alianza dominaban en conjunto el valle central y otros territorios situados más allá de esta zona. Hasta la invasión de los españoles, se sucedieron cinco soberanos: Moctezuma I, Axayacatl, Tizoc, Auitzotl y Moctezuma II.
Todos estos monarcas gobernaron con una doble preocupación: extender la hegemonía de la triple alianza a nuevos territorios y reforzar el poder de Tenochtitlán en desmedro de las otras dos ciudades. De hecho, Moctezuma I extendió sus dominios por la zona occidental del valle de México; Axayacatl conquistó la ciudad de Tlatelolco y las regiones del valle de Toluca y Tizoc, y expandió su poderío sobre Oaxaca, Tehuantepec y parte de Guatemala.
Paralelamente, la acumulación de riquezas provenientes de los tributos y del crecimiento de la agricultura, permitió al mismo tiempo el desarrollo de la cultura (matemáticas, astronomía y arquitectura) y la consolidación de una casta dominante formada por los jefes militares y religiosos.
En 1502, asumió Moctezuma II, quien siguió con la política imperialista de sus predecesores y el fortalecimiento del poder monárquico de Tenochtitlán. Sin embargo, esta consolidación azteca se mantuvo hasta 1519, cuando llegaron los españoles -encabezados por Hernán Cortés-, quienes aprovechando el descontento que tenían los pueblos sometidos por los aztecas (entre ellos, los tlaxcaltecas) comenzaron a debilitar su poder.
Al final de su gobierno, en 1520, el imperio azteca se componía de 38 provincias, entidades económicas más que políticas, sometidas a pagar tributos. Se trataba de un rompecabezas de pueblos con diferentes culturas y lenguas, muchos de los cuales luchaban por mantener su independencia. Estas divisiones internas en el seno del imperio facilitaron su derrota frente al conquistador Hernán Cortés, en 1521, ya que muchos pueblos se aliaron con los españoles.
La triple alianza
Fue la unión de los pueblos de Tenochtitlán, Texcoco y Tacuba, iniciada en el siglo XIII y que perduró hasta la llegada de los españoles (1519). El papel militar pasó a los aztecas (Tenochtitlán), mientras que la ciudad de Texcoco se transformó en una metrópoli de las artes, la literatura y el derecho.
Organizada por el rey Itzcoatl (1417-1440), la triple alianza extendió rápidamente sus límites y se consolidó bajo el mando de Moctezuma Ilhuicamina(1440-1469), convirtiéndose, de hecho, en el gran imperio azteca, uno de los mayores de su tiempo.
Esta gran expansión no solo fue posible por la unión de las fuerzas de estas tres ciudades-estados, sino por la reglamentación del culto, que fue seguido de inmediato por la construcción de templos, la creación de una jerarquía religiosa y la instauración de rangos en el gobierno civil.
Un emperador valeroso
Cuauhtémoc, cuyo nombre significa águila que cae, nació hacia el año 1495. Era hijo de Auitzotl y sobrino de Moctezuma II. Irritado ante la sumisión de su tío frente a los españoles, fomentó el descontento popular contra los europeos.
En enero de 1521 fue proclamado emperador de los aztecas, luego de la muerte de su antecesor Cuitláhuac. Sin embargo, y después de sufrir un asedio de cuatro meses en Tenochtitlán, no pudo impedir la victoria de los españoles. Cuauhtémoc fue capturado cuando trataba de huir en una canoa. Al principio fue tratado con respeto, pero más tarde fue torturado junto al soberano de Tlacopán, para que revelara la ubicación del tesoro de Moctezuma.
El estoicismo con que soportó el tormento se hizo legendario. Ante los gritos de su compañero, se dice que el último emperador azteca le dijo: ¿Acaso estoy yo en un lecho de rosas?. Durante una expedición a Honduras, Cortés, quien lo había llevado consigo, ordenó su ejecución el 26 de febrero de 1522, al sospechar que se hallaba envuelto en una conspiración para asesinarlo.