Pero entre los siglos XIII y XIV se produjo un cambio, debido a la influencia cultural y política que recibieron de sus vecinos y de sus conquistas. Así se desarrolló una sociedad azteca con carácter jerarquizado y complejo.
En la cúspide de esta sociedad se encontraba el emperador o tlatoani, como jefe político y militar. El tlatoani tenía su contraparte, llamado cihuacoatl, un jefe religioso. Ambos eran elegidos por un consejo de ancianos y jefes tribales.
Otro rasgo característico de la sociedad azteca era su división en castas. La casta de los nobles (pipiltin) estaba formada por los miembros de la familia real, los jefes de los calpulli y los jefes militares. La nobleza ocupaba un lugar de privilegio, muy alejado del que gozaban los macehualtin, que eran los labradores, comerciantes y artesanos englobados en los calpullis, que eran unidades sociales formadas por un grupo de familias.
Más abajo en la escala social se encontraban los siervos (mayeques), que trabajaban en las tierras estatales o de la nobleza. También estaban los esclavos (tlatlacotin), que se empleaban como fuerza de trabajo o eran reservados para los sacrificios religiosos.