Chile, con sus variadas zonas y climas, presenta distintas actividades laborales. En la minería, por ejemplo, está el trabajador del salitre, cobre, azufre, plata, sal o carbón. En la agricultura está el huaso costino o cordillerano, el peón, el mejorero o inquilino, el gañán, el arriero y el carretero. En el mar, en la costa, el pescador, el mariscador, el balsero de Chiloé o del Maule; el lobero, el nutriero, el cazador de ballenas, los buzos, los guardafaros, el trabajador del guano blanco y rojo, el vaporino, el botero, el cargador de los puertos. En la montaña, el montañés, el baquiano; en la zona de los bosques, los aserraderos, el trabajador de la madera; en el extremo sur, los ovejeros, los puesteros, los esquiladores.
Un recorrido por la ciudad
La ciudad tiene sus personajes, sus tipos populares: los vendedores callejeros, el comerciante ambulante es una estampa característica que puede estar determinada por su actividad, su vestimenta, su picardía.
La gama es inmensa: el frutero, que cambia su pregón en relación con los productos estacionales; el motero, vendedor que aparece en los meses de verano, con su venta de jugo dulce y helado con presas de durazno cocido; el heladero, con su toque de cuerno haciendo sonar una campanilla; el barquillero, con su tambor metálico a la espalda y cargado de tubos de hojarasca; la tortillera, con su pan de grasa, con su blanco delantal; los maniceros con sus barcos llenos de maní tostado calentito.