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El cine de imagen real registra imágenes reales en movimiento continuo, descomponiéndolo en un número discreto de imágenes por segundo.

Sin embargo, en el cine de animación no existe movimiento real que registrar, sino que se producen las imágenes individualmente y una por una (mediante dibujos, modelos, objetos y otras múltiples técnicas), de forma que al proyectarse consecutivamente se produzca la ilusión de movimiento. Es decir, que mientras en el cine de imagen real se analiza y descompone un movimiento real, en el cine de animación se construye un movimiento inexistente en la realidad.

Los primeros en hacer este tipo de películas fueron los franceses Émile Reynaud y Émile Cohl, este último con el filme Fantasmagorie (1908). Pero fue finalmente Walt Disney quien llenó de animación el cine, industrializando este género hasta nuestros días.

Walt Disney fue el creador de Mickey Mouse y en 1928 realizó la primera animación sonora: La danza macabra. En 1938 filmó la historia de Blanca Nieves y los siete enanitos, considerada el primer largometraje del cine animado.

Del cine mudo al sonoro

La transición entre el cine mudo y el sonoro fue bastante rápida. Muchas salas cinematográficas comenzaron a adaptarse a este nuevo fenómeno que arrasaba con todo.

La productora Warner Bross fue la primera en introducir el sonido al cine en 1926, con la película El cantante de jazz protagonizada por el ruso Al Jolson, alcanzando un gran éxito entre el público. El sistema sonoro fue conocido como Vitaphone y fue inventado por Lee de Forest, convirtiéndose en el fenómeno más importante de esos años.

La transición entre el cine mudo y el sonoro fue bastante rápida. Muchas salas cinematográficas comenzaron a adaptarse a este nuevo fenómeno que arrasaba con todo. Las películas que siguieron se encargaron de destacar el sonido en forma desproporcionada, como una forma de demostrar que un nuevo elemento, quizás el más importante, había llegado a las pantallas de cine. En esta misma época aparecen las comedias musicales, el cine policial, de terror y las películas animadas, a cargo de Walt Disney.

En 1928, además, aparecería en las pantallas cinematográficas el color, dando un nuevo aire a este arte.