La forma cómo organizamos la información en un texto se relaciona con el propósito con que lo escribimos.
En este marco, podemos definir los textos de uso social, que se emplean para fines específicos, y se ordenan de acuerdo a un modelo compartido por todos los miembros de la sociedad.
A continuación, te presentamos La carta uno de los textos más utilizados.
Es un texto de uso muy generalizado. Su lenguaje puede variar, de acuerdo al fin que se tuvo al escribirla, y a la relación existente entre el emisor y el receptor.
Veamos estos ejemplos:
En los ejemplos anteriores, puedes observar dos tipos de carta.
Te darás cuenta de cuál de ellos se trata si te fijas en los modelos que te presentamos e identificas los elementos de su estructura: fecha, encabezamiento, contenido, firma. Observa su ubicación y los signos de puntuación empleados.
También, si pones atención al contenido; en ambos casos, existe un primer párrafo introductorio que explica el propósito de la misiva; luego, viene el desarrollo del tema y, finalmente, la despedida.
Veamos, ahora, las diferencias entre ambos tipos de carta.
La primera es una solicitud a la máxima autoridad del establecimiento. Su forma y su lenguaje indican la relación que existe entre emisores (los alumnos) y receptor (el director del colegio). Ésta exige un lenguaje formal y respetuoso.
En el segundo caso, se trata de una postal escrita a una amiga y, por lo tanto, se emplea un lenguaje informal, familiar.
Esquema de la carta y el sobre de envío: