En esta casa el poeta dejó un mundo de fantasía y magia, lleno de objetos únicos recolectados durante su vida. Su obsesión por el mar no lo dejó ni por un momento. La decoración asemeja a un barco: ventanas, faroles, muebles, mascarones de proa, caracolas marinas, cajas de música, jarrones, billetes y monedas. Todos elementos que inspiraron su obra.
Fue en 1953 cuando Pablo Neruda inició la construcción de esta casa al fondo del callejón. El resultado: un jardín o hall al aire libre donde dos escaleras conducen al living, puertas, pasillos secretos, habitaciones, un comedor adornado con cuadros de naturaleza muerta, su valiosa biblioteca, el bar hecho de madera de un barco francés y tantos otros rincones.
Germán Rodríguez Arias fue el arquitecto que llevó a cabo el proyecto del vate terminado en 1955.